Problemáticas asociadas al uso de agrotóxicos: un análisis de los antecedentes producidos desde las ciencias sociales
Gaspar Carratú
Universidad Nacional de Córdoba
Argentina
gasparcarratu1@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-1181-1944
Problems associated with the use of agrochemicals: an analysis of the antecedents produced from the social sciences
Abstract
This work proposes a review and analysis of the background information produced by social sciences on problems associated to the use of pesticides in Argentina. The article focuses particularly on studies coming from anthropological discipline - and/or analyzed from this methodology- to explore the different perspectives and analytical approaches used and show the knowledge generated on this topic, emphasizing the potentials and contributions of a socio-anthropological perspective on understanding it.
Keywords
Agrochemicals, background research, Social Sciences, Anthropological approach.
Problemas associados ao uso de agrotóxicos: uma análise dos antecedentes produzidos a partir das ciências sociais
resumo
Este documento propõe uma revisão e análise dos antecedentes produzidos pelas ciências sociais sobre os problemas associados com a utilização de pesticidas na Argentina. Retomando particularmente pesquisas realizadas desde a disciplina antropológica -e/ou abordada com esta metodologia-, analiso as diversas perspectivas e abordagens analíticas utilizadas dando conta do conhecimento académico gerado em torno desta questão, bem como vislumbrando as contribuições e o potencial de uma perspectiva socioantropológica na sua compreensão.
palavras-chave
Agrotóxicos, estado da arte, Ciências Sociais, abordagem antropológica.
FECHA DE RECIBIDO 12/09/2021
FECHA DE ACEPTADO 22/04/2022
COMO CITAR ESTE ARTICULO
Carratú, G. (2022) Problemáticas asociadas al uso de agrotóxicos: un análisis de los antecedentes producidos desde las ciencias sociales. Revista de la Escuela de Antropología, XXX, pp. 1-16. DOI https://doi.org/10.35305/rea.viXXX.183
Resumen
El presente trabajo propone una revisión y análisis de los antecedentes producidos desde las ciencias sociales alrededor de las problemáticas asociadas al uso de agrotóxicos en Argentina. Retomando particularmente investigaciones realizadas desde la disciplina antropológica -y/o abordadas en esta clave-, me detengo en las diversas perspectivas y enfoques analíticos utilizados dando cuenta del conocimiento académico generado alrededor de este tema, así como vislumbrando aportes y potencialidades de una perspectiva socio-antropológica en la comprensión del mismo.
Palabras Clave
Agrotóxicos, estado del arte, ciencias sociales, abordaje antropológico.
Actualmente, la economía argentina centra su matriz productiva en un modelo agrícola-industrial basado en la explotación intensiva de recursos naturales para la posterior exportación de materias primas y/o productos con bajo valor agregado (Martínez Dougnac, 2013). Esta matriz productiva está hegemonizada por el monocultivo de soja transgénica que encuentra sustento en el paquete tecnológico conformado por la semilla genéticamente modificada, la siembra directa y altos niveles de utilización y dependencia a herbicidas (Szdtulwark, 2012; Gras 2012). Este modelo productivo hegemónico de la soja (Pengue, 2004) tiene sus inicios en el proceso de desregularización económica impuesto por la dictadura cívico-militar iniciada en el año 1976 y pega su salto exponencial a mediados de la década de 1990 con la aprobación del paquete transgénico de la soja RR patentada por la multinacional Monsanto. A partir de ahí comienza la expansión y consolidación del proceso -actual y vigente- de sojización de la agricultura y concentración de la economía (Martínez Dougnac, 2013). Las consecuencias negativas que acompañaron a este desarrollo son múltiples y abarcan problemáticas intrínsecamente ligadas entre sí: ambientales, socio-culturales y sanitarias (Manildo, 2013; Pengue, 2004).
Dichas consecuencias son extendidas más allá de su núcleo geográfico productivo –la región pampeana- y toman características generales y nacionales en el marco de instauración del paradigma del Agronegocio (Gras y Hernández, 2013). Según Gras y Hernández (2013), para lograr la instalación de esta lógica productiva se realizó la articulación entre cuatro pilares fundamentales: el tecnológico, el financiero, el productivo y el organizacional. Si bien englobados en una crítica general al modelo productivo, en las últimas décadas aumentaron con fuerza los reclamos realizados desde movimientos socio-ambientales en torno a uno de los componentes del pilar tecnológico del modelo: las fumigaciones con agrotóxicos. Probablemente por ser la expresión más visible e inmediata del impacto socioambiental y sanitario generado por el modelo agro-industrial.
Esta problemática ha sido abordada desde las ciencias sociales partiendo de diversas perspectivas y enfoques analíticos. El objetivo de este trabajo es realizar un relevamiento y análisis de estas investigaciones, poniendo particular atención a los aspectos sobre los que se centran y a las diferentes categorías -vinculadas a distintos marcos teóricos- utilizadas para abordar las fumigaciones en la pampa húmeda. Como veremos a continuación, estos trabajos se pueden agrupar dentro de dos grandes enfoques o perspectivas. Por un lado, están las investigaciones que trabajan desde la percepción social del riesgo. Dentro de este conjunto diferenciamos los trabajos que se centran en los procesos de construcción del riesgo en determinados contextos socio-culturales, dedicando particular atención en la dimensión subjetiva y lo simbólico, y aquellos estudios que, haciendo mayor hincapié en el concepto de vulnerabilidad, trabajan sobre la desigual distribución de los costos ambientales desde el marco de la justicia ambiental. El segundo agrupamiento corresponde a aquellos trabajos que ponen el foco sobre los procesos de dominación y la construcción de prácticas y saberes que atraviesan la problemática de las fumigaciones. Dentro de estos se encuentran abordajes locales desde una perspectiva relacional en los que interesa abordar la articulación de resistencias y los procesos de construcción tanto de discursos como de conocimientos alrededor de la temática. Las estrategias metodológicas utilizadas en estos trabajos son variadas y están estrechamente vinculadas a las disciplinas desde las cuales se realiza el abordaje, pero principalmente podemos diferenciar la utilización del trabajo de campo, la entrevista formal e informal y la revisión de fuentes escritas.
Voy a proceder en las siguientes páginas a la revisión de estos dos grupos de trabajos, intentando dar cuenta del conocimiento académico generado respecto de este tema, en vistas a apropiarme de las herramientas y conocimientos de líneas investigativas que considere puedan aportar a una mayor comprensión de la problemática y que buscaré profundizar en una futura investigación. Además, se desprenderán algunas conclusiones extraídas de este primer acercamiento.
Riesgo y vulnerabilidad ambiental
Los primeros antecedentes analizados se enmarcan dentro de la concepción de la construcción social del riesgo. Para profundizar sobre este es importante mencionar el texto de Jagger (2016), utilizado en reiteradas ocasiones por quienes trabajan desde esta perspectiva. El mismo retoma los postulados de Ulrich Beck sobre la sociedad del riesgo para profundizar en los efectos colaterales o externalidades en el ambiente, tanto negativas como positivas, y la percepción de estos por parte de la sociedad civil. La definición de riesgo entiende a este como el resultado de las consecuencias de un evento, multiplicado por la probabilidad de su ocurrencia. Es decir, como una forma de medir qué tan malo será un hecho y la frecuencia de que este suceda. La percepción social vendría a resaltar la ponderación subjetiva de la probabilidad de que un hecho acontezca -junto con sus consecuencias- así como la construcción colectiva de dicha percepción a partir de la interacción de distintos actores. Estos postulados encuentran su expresión en el campo de la antropología a través del concepto de construcción cultural del riesgo planteado por Mary Douglas (1996). También, cabe destacar los aportes realizados al análisis de las problemáticas ambientales por Auyero y Swistun (2008). Estos proponen la categoría de sufrimiento ambiental, entendido como una forma particular de sufrimiento social que se construye tanto individual como socialmente, donde lo simbólico cumple un rol fundamental. Es a partir de estas contribuciones que los siguientes autores analizados toman los aspectos culturales -así como los contextos en los que estos se inscriben- como un elemento central en la construcción de la problemática y se valen de una perspectiva local y socio-histórica para abordarla.
Uno de los primeros trabajos recuperados en este artículo que parte desde la Teoría Social del Riesgo es el de Iturralde (2015), perteneciente a la disciplina antropológica. La autora busca dar cuenta de los factores que influyeron en la “inacción de los vecinos” de la localidad de 30 de Agosto (provincia de Buenos Aires) después de haber protagonizado protestas por la contaminación ambiental frente a una empresa de agro-insumos. Recuperando categorías como sufrimiento y riesgo ambiental, adopta una teoría constructivista de las problemáticas medioambientales, donde los riesgos y peligros son construidos de forma social e histórica. Es a partir del trabajo de campo antropológico, particularmente a través del acercamiento etnográfico y la realización de entrevistas, que la autora logra dar cuenta de las contradicciones y paradojas de los habitantes de este pueblo afectado, llegando a la conclusión de que hubo una reconversión en las percepciones colectivas que llevó a normalizar y aceptar el riesgo respecto de sus demandas anteriores. Al parecer, este cambio en el umbral de aceptabilidad del riesgo tuvo que ver con la construcción social de ese sufrimiento y riesgo ambiental, proceso en el que intervinieron principios morales, valores y prioridades de la comunidad. En este caso, por ejemplo, evidencia cómo influyó en esa aceptabilidad la percepción de un riesgo mayor como es la pérdida de empleo (con la valoración positiva de este que se tiene en la cultura occidental) al igual que el conocimiento científico (como conocimiento legitimado en nuestra cultura).
Las investigaciones de Schmidt y Toledo (2018), y Schmidt et al. (2020) también abordan, principalmente desde el campo de las ciencias sociales, los procesos locales de construcción social del riesgo. Por un lado, en un estudio de caso en Selva (Santiago del Estero) se busca explicar cómo los habitantes perciben los riesgos sanitarios en torno a las fumigaciones y cómo lidian cotidianamente con ellos. Para esto se analizan los procesos de significación que desarrollan los sujetos, sus efectos en la construcción y percepción del riesgo y la manera en que ello influye en la salud integral. A partir de una indagación sustentada en gran medida en un trabajo de campo antropológico (que incorpora la realización de entrevistas y revisión de fuentes secundarias), se revelan conflictos y controversias en torno al uso de agroquímicos como fuente de daños y peligro, los cuales solo pueden ser comprendidos “a partir de la trayectoria histórica de conflictos y resistencias existentes en el lugar y de la capacidad de los actores sociales involucrados para movilizar recursos, generar alianzas y conformar redes a distintas escalas” (p.6). Así se identificaron espacios generadores de aprendizajes colectivos, productividades sociales positivas que resignificaron las identidades comunitarias y territoriales. También permitió advertir sobre otras vulnerabilidades socioambientales presentes, limitaciones de las regulaciones (como la presión y discrecionalidad de las lógicas políticas municipales) y el despliegue de mecanismos participativos que implicaron una ampliación democrática. Además, se remarca la necesidad de generar investigaciones que rompan el silencio, recuperando particularmente la voz de los actores vulnerados. Desde el mismo enfoque socio-histórico, y a través del análisis de casos de las provincias de Salta y Santiago del Estero, las autoras indagan en la construcción e instalación del problema asociado al uso de agroquímicos en el espacio público, específicamente en las maneras de percibir el riesgo, al igual que los elementos que definen su emergencia, las condiciones de su producción, los intereses en juego y diferencias que lo organizan. Este proceso, argumentan, involucra controversias socio-técnicas donde cobran importancia las argumentaciones no académicas elaboradas por los sujetos y se pone en crisis la legitimidad de las explicaciones y los modos de justificar de los discursos técnico-académicos. Además, argumentan que en dichas controversias se ponen en juego una diferencialidad de capacidades y recursos con la que cuentan esta multiplicidad de actores -directa o indirectamente involucrados- para incidir en el espacio de toma de decisiones y para dar lugar a procesos colectivos de construcción social del riesgo. Las autoras llegan a la conclusión de que “En los casos analizados, se trata de una profunda injusticia ambiental y sociosanitaria, que viene a ensamblarse sobre históricos procesos de subalternización de estos territorios y poblaciones” (p.172).
Entrando en el tercer estudio que trabaja desde la construcción del riesgo nos encontramos con el trabajo de Kunin y Lucero (2020). A partir de dos trabajos etnográficos en la provincia de Buenos Aires, estas autoras, que provienen de la disciplina antropológica, dan cuenta de la importancia de incluir otros factores que pueden influenciar en dicha construcción, como es el caso de los roles de género. Por este motivo, proponen un abordaje desde una teoría de la producción social del riesgo que tenga en cuenta otras formas de desigualdad y la relación entre riesgo y género. Extienden la teoría de la organización social del cuidado a los hijos o alumnos en el marco de riesgos ambientales sanitarios para entender las perspectivas de las mujeres involucradas, vinculando situadamente las relaciones de género y los sentidos y usos de los pesticidas. En esa dirección, argumentan que los individuos se ven influenciados por el sistema de relaciones de género que moldean las percepciones de los riesgos ambientales, así como las reacciones individuales y colectivas que surgen en respuesta (por ejemplo, las responsabilidades y posibilidades de acción que generan). Las autoras llegan a la conclusión de que las mujeres ostentan prácticas de cuidado a partir de valores tradicionalmente asociados con lo femenino que permiten que vean riesgos ambientales, sientan una obligación moral y extiendan esas preocupaciones (sentidas como naturales y esenciales). Por su parte, los hombres velan por su hombría en un sistema de relaciones de género que los penaliza si se cuidan y no asumen riesgos al tiempo que son expuestos a situaciones de certero peligro.
El punto cúlmine del riesgo ambiental, según Jäger et al. (2016), sería el desastre ambiental, donde se pone en juego la vulnerabilidad de los distintos grupos sociales (como propensión a sufrir daños en caso de desastre). El factor de la vulnerabilidad viene a aportar una mirada crítica sobre las desigualdades sociales y la injusticia en la distribución de los riesgos ambientales. Nos introducimos entonces en los abordajes realizados desde la justicia ambiental, que resalta la forma en que las poblaciones locales -siendo las que menos incidencia tienen en las decisiones de tipo ambiental y político- se ven mayormente afectadas por los costos socio-ambientales de los modelos productivos. En otras palabras, desde esta concepción se remarca la asimetría de poder en el acceso y la distribución de bienes y males ambientales, apelando a una redistribución de estos y a la inclusión de esos sectores -a través de mecanismos de democracia más directa- a la vida institucional y política.
En ese sentido, Leguizamón (2016) destaca cómo los costos y beneficios del modelo de la soja transgénica se han distribuido de manera desigual en Argentina. La autora realiza, desde el campo de la sociología, un recorrido por los principales conflictos surgidos a nivel nacional a partir de la implementación del modelo agroexportador sojero, centrando su análisis en los movimientos socioambientales que resisten contra los problemas sociales y ambientales generados por este. Para esto se vale de entrevistas a integrantes de movimientos, revisión de producciones académicas, estadísticas, etc. Argumenta que entre la lucha contra la usurpación territorial de la agroindustria por parte de los pueblos campesinos e indígenas y la emergencia de movimientos y asambleas anti agrotóxicos existe una causa en común que es la defensa de la vida y la subsistencia. Así busca evidenciar cómo se ponen en juego, al fusionarse, las problemáticas sociales junto con las medioambientales en lo que vendría a componer un movimiento por la justicia ambiental del sur global.
Desde el mismo marco y disciplina, Berger y Carrizo (2020) realizan una reconstrucción narrativa de los últimos 15 años de conflictos socioambientales en Córdoba centrándose en la vinculación de estos –y sus acciones instituyentes- con los organismos estatales y sociedad civil –en su dimensión legal- en el marco de vulneración de derechos y responsabilidades ambientales por agrotóxicos, transgénicos y biocombustibles en la provincia de Córdoba. Los autores se valen del registro que surge de acompañar a los movimientos socioambientales en sus reclamos, además de la realización conjunta de actividades y la revisión de fuentes coproducidas con estos últimos. Postulan la necesidad de una justicia ambiental como marco epistémico y práctico que ponga el eje en la redistribución de las externalidades que hoy son repartidas injustamente, el reconocimiento de los actores involucrados como afectados ambientales, y la representación en términos participativos y epistémicos.
Procesos de dominación, construcción de prácticas y saberes
Adentrándonos en el conjunto de trabajos que dan prioridad al análisis de las prácticas y sentidos, y al estudio de las relaciones de poder que las atraviesan, podemos retomar la propuesta de Caisso (2017). Esta autora busca dar cuenta del modo en que inciden las transformaciones estructurales del agro pampeano en la vida cotidiana de los pobladores de un pueblo cordobés atravesado por la problemática de las fumigaciones y de su politicidad existente. Habiendo percibido en sus primeros acercamientos al campo cierta ausencia de conflicto en torno a esta problemática, luego de entrevistar a uno de los docentes que decidió enfrentar abiertamente las consecuencias negativas de la misma, postula la idea de que en realidad se está frente a una temática silenciada más que inexistente. Evidencia las presiones, estigmas y miedos que atraviesan quienes denuncian abiertamente las consecuencias del modelo agroexportador y que son parte de las herramientas de dominación puestas en juego en la construcción de un silencio social sobre la problemática de las fumigaciones. Retoma aportes de la antropología de la educación que ponen el énfasis en las instituciones educativas y en las relaciones de dominación que las atraviesan, entendiendo estas instituciones como lugar de reproducción del statu quo y de apropiación de saberes, prácticas y sentidos colectivos. También se vale de aportes de la antropología de la política como el enfoque de la política vivida -que busca problematizar las formas en que los investigadores distinguen las prácticas políticas de aquellas que no lo son- para recuperar prácticas de cuestionamiento a las fumigaciones, aunque no tomen la forma de un conflicto social abierto.
Lucero (2017) realiza una revisión de los diversos y heterogéneos discursos sostenidos por los principales actores del modelo del agronegocio (organismos estatales, científicos/as, empresas) buscando dilucidar cómo estos discursos –que están atravesados por relaciones de poder- permean las prácticas cotidianas en relación a los agrotóxicos y al modelo productivo actual. Su propuesta, que también parte de la disciplina antropológica, busca construir conocimiento médico situado buscando relacionar una antropología médica y una epidemiología crítica que se centre en la perspectiva del actor, incluyendo su dimensión socio-histórica y cultural. Hace hincapié en la construcción de discursos y en su repercusión en las prácticas cotidianas y sentidos, los cuales se dan en un contexto de disputa de hegemonía y contrahegemonía.
En la línea de estas propuestas, desde la misma disciplina, González (2018) también realiza un análisis discursivo. En este caso, sobre cómo los sectores empresariales del agronegocio han ambientalizado su discurso y prácticas -apropiándose de las críticas- en pos de legitimar las mismas frente a los crecientes cuestionamientos al modelo del agronegocio en Pergamino (Provincia de Buenos Aires). La autora retoma la categoría de ambientalización como proceso de adopción de un discurso ambiental para legitimar prácticas y lo presenta como un terreno de disputa, donde los actores generan discursos y acciones sobre el medioambiente. Su análisis enfatiza lo local en términos relacional, donde lo macro solo puede ser pensado y practicado por los sujetos desde lo local, porque allí es donde los sujetos experimentan/comprenden los procesos.
Esto último se puede relacionar con los postulados de Espoturno (2019). Esta autora aborda -desde una perspectiva antropológica relacional y de lo cotidiano- las prácticas y construcciones de sentido de diferentes productores, vecinos de la localidad, ingenieros agrónomos, y empleados municipales en relación a la conflictividad vinculada a la producción agrícola en la localidad de Venado Tuerto (Santa Fe-Argentina). Así, realiza un acercamiento a la problemática de estudio desde la escala de lo particular, estudiando lo cotidiano desde una contextualización socio-histórica. Es desde esta perspectiva que analiza los relatos asociados a la conflictividad de la producción agropecuaria, donde la conflictividad social (que es entendida como constituyente de las relaciones sociales) toma forma de conflictividad ambiental, siendo de interés para la autora la construcción de esas consecuencias ambientales como problema social legítimo y conflicto. También es de suma importancia remarcar la existencia de discursos heterogéneos y contradictorios respecto del uso de agroquímicos que menciona la autora, los cuales se vieron evidenciados solo a partir del registro de sentidos y prácticas cotidianas realizado en el campo.
Continuando con abordajes desde las prácticas y sentidos, Geremía (2019) realiza un análisis sociológico de los movimientos socio-ambientales y las estrategias utilizadas en la lucha por sancionar una ordenanza municipal que regule las fumigaciones en la ciudad de Marcos Juárez (Córdoba). Para la autora, este conflicto socio-ambiental muestra que, frente al complejo modelo neoextractivo del agronegocio, existe un colchón de prácticas y co-conocimiento construido, además de una red de actores y conocimientos que se llegan a articular tanto a nivel vecinal-local como extra-territorial.
Finalmente, entrando en las críticas epistemológicas sobre cómo construir conocimiento académico, retomo el trabajo de Rendón et al (2020), quienes parten desde una perspectiva multidisciplinar de diálogo y coproducción con los actores afectados. Estas autoras realizan un análisis comparativo entre las perspectivas de los actores científicos y de las comunidades involucradas en las problemáticas socio-ambientales y la relación entre éstas en la construcción de saberes. El estudio evidencia un desajuste entre lo que se plasma en los trabajos científicos y lo que expresan los habitantes de la propia comunidad, remarcando la omisión de ciertas dimensiones problemáticas reclamadas como valiosas por estos últimos. También se problematiza la posibilidad de una co-construcción desde un diálogo plural, local y simétrico, resaltando las contradicciones y limitaciones académicas y la importancia de tener en cuenta la voluntad, voz y perspectiva de los habitantes de las comunidades.
Conclusiones de un primer acercamiento a la problemática
Después de haber realizado un recorrido por los distintos enfoques, corrientes y disciplinas que abordaron la problemática de las fumigaciones desde el campo de las ciencias sociales me gustaría extraer algunas conclusiones para orientar mi investigación futura sobre la temática.
A través del análisis realizado podemos identificar que para un abordaje exhaustivo e integral de la problemática es importante tener en cuenta varios factores. En primer lugar, la dimensión social y subjetiva que se pone en juego a la hora de posicionarse y actuar frente a las fumigaciones. La cual, debido al peso de lo simbólico y de los principios y valores de una comunidad, puede evidenciar contradicciones y paradojas por parte de quienes son los principales afectados, que solo van a poder ser entendidas a la luz de un análisis socio-histórico del proceso. Cabe resaltar la importancia que toma el sistema de relaciones de género en la problemática de las fumigaciones, siendo importante profundizar sobre esas tensiones y contradicciones mencionadas que se dan alrededor de los riesgos y el sostenimiento y reproducción de la familia, que en la mayoría de los casos depende de las producciones agroindustriales. Luego, resulta sustancial hacer énfasis en la desigualdad existente en la distribución de los costos ambientales del modelo del agronegocio, así como en la diferencialidad de los recursos con los que cuentan los diversos actores para hacer frente a los mismos. Por último, queda claro la importancia que toman las relaciones de poder -al igual que las prácticas y saberes- que atraviesan a la problemática en los procesos de construcción de legitimidad y resistencias, que se ponen en juego tanto en el uso de herramientas discursivas como coercitivas.
En ese sentido, más allá de los matices, se evidencia la heterogeneidad de posicionamientos y accionares que se dan alrededor de las fumigaciones con agrotóxicos y la complejidad de los procesos que componen dicha diversidad. Es por esto que urge la necesidad de profundizar estudios que realicen un abordaje en clave antropológica en relación a este tema que, más allá de los trabajos revisados, ha sido escasamente abordado en su dimensión cultural, local y cotidiana. Ya sea a partir del proceso de construcción social del riesgo, de la articulación en pos de una mejor redistribución de los costos ambientales o del análisis de las prácticas, saberes y relaciones de dominación que las atraviesan, se vuelve clave el abordaje etnográfico local desde una perspectiva que, a partir de asumir lo local en términos relacionales, reconozca que la realidad -aún más la macrosocial-, solo puede ser pensada –y ante todo practicada- desde lo local, porque es allí donde los sujetos viven, trabajan y comprenden los procesos (Menéndez, 2010). Es en esto que el enfoque etnográfico cobra importancia, en la posibilidad de recuperar lo particular y lo significativo -desde lo local- pero además de situarlo en una escala social más amplia y en un marco conceptual más general que nos ayude a “producir una mayor - o distinta- comprensión de procesos que, frecuentemente han sido estudiados a otras escalas y por otros medios” (p.20, Rockwell). Luego del análisis y tratamiento de los aportes de estos trabajos, en su mayoría realizados en clave antropológica, y a partir de la inexistencia o escasez de otros, se plantea la necesidad de seguir contribuyendo con esa mirada –situada y global al mismo tiempo- que tiene para aportar la antropología y la etnografía como perspectiva metodológica.
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