Tramas políticas del dinero público
Martín Hornes
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Universidad Nacional de San Martín
Argentina
hornesmartin@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-1108-2040
Political plots of public money
Abstract
This article proposes an approach to the political frameworks and dimensions of public money: it is about analyzing the social meanings, uses and monetary and moral evaluations of money transferred from different social programs of monetary transfer in Argentinian Republic. Based on an ethnographic exploration based on different fieldwork developed over the last 15 years, different ethnographic scenes are analyzed with the aim of exploring the plural meanings assumed by public money between multiple social actors (holders and non-holders, local state actors and professional politicians) and the moral and monetary evaluations that occur in popular neighborhoods to classify practices and hierarchies/ de-hierarchize actions. The work argues that the political plots of money are central to understanding the criteria of redistributive justice that Argentinian society debates.
Keywords
Public money, meanings and uses, moral evaluations, redistribution, hierarchies.
Tramas políticas do dinheiro público
resumo
Este artigo propõe uma abordagem das tramas e dimensões políticas do dinheiro público: trata-se de analisar os significados sociais, usos e avaliações monetárias e morais do dinheiro transferido para diferentes programas sociais de transferência monetária na Argentina. A partir de uma exploração etnográfica baseada em diferentes trabalhos de campo desenvolvidos nos últimos 15 anos, diferentes cenas etnográficas são analisadas com o objetivo de explorar os sentidos plurais assumidos pelo dinheiro público entre múltiplos atores sociais (titulares e não titulares, atores estatais locais e políticos profissionais) e as avaliações morais e monetárias que ocorrem nos bairros populares para classificar práticas e hierarquizar/ des-hierarquizar ações. O trabalho argumenta que as tramas políticas do dinheiro são centrais para a compreensão dos critérios de justiça redistributiva que a sociedade debate.
palavras-chave
Dinheiro público, significados e usos, avaliações morais, hierarquias, redistribuição.
FECHA DE RECIBIDO 23/10/2023
FECHA DE ACEPTADO 20/03/2024
COMO CITAR ESTE ARTICULO
Hornes, M. (2024) Tramas políticas del dinero público. Revista de la Escuela de Antropología, XXXIV, pp. XX. DOI 10.35305/rea.XXXIV.277
Resumen
Este artículo propone una aproximación a las tramas y dimensiones políticas del dinero público: se trata de analizar los significados sociales, usos y las evaluaciones monetarias y morales del dinero transferido a partir de diferentes programas sociales de transferencia monetaria en la República Argentina. A partir de una exploración etnográfica basada en diferentes trabajos de campo desarrollados a lo largo de los últimos 15 años, se analizan diferentes escenas etnográficas con el objetivo de explorar los significados plurales que asume el dinero público entre múltiples actores sociales (titulares y no titulares, actores locales estatales y políticos profesionales) y las evaluaciones morales y monetarias que se suceden en los barrios populares para clasificar prácticas y jerarquizar/ des jerarquizar acciones. El trabajo sostiene que las tramas políticas del dinero resultan centrales para comprender los criterios de justicia redistributiva que debate la sociedad argentina.
Palabras Clave
Dinero público, significados y usos, evaluaciones morales, jerarquías, redistribución.
Introducción
Hacia fines del año ٢٠٠٨ y próximo a graduarme como licenciado en trabajo social por la Universidad de Buenos Aires, comencé a trabajar en un programa social de transferencias monetarias dirigido a adolescentes en situación de vulnerabilidad social. A los pocos días de mi inserción laboral noté una particularidad sobre el dinero que transfería la política social municipal: constantemente tanto mi supervisor directo como las autoridades del distrito insistían en que mencionemos a la iniciativa como un programa y no bajo la denominación de plan.1 Esta última, traía viejos recuerdos de la gestión de la política estatal en mano de otros actores barriales, tales como; el comedor de Mara y Luis y sus piqueteros. La denominación generalizada de programa parecía ser una estrategia para otorgarle otro matiz político al dinero transferido por el estado municipal. Tiempo más tarde, promediando el año ٢٠١٠, algunas madres y padres de los adolescentes que participaban del programa se incorporaron al Programa Ingreso Social con Trabajo – Argentina Trabaja que impulsaba en los barrios populares el Ministerio de Desarrollo de la Nación Argentina. A los pocos meses, las dos cooperativas constituidas comenzaban a diferenciar sus acciones. De un lado y del otro surgían impugnaciones sobre la transferencia estatal que recibían: la cooperativa que se preocupa por el barrio mostraba distancia de aquellos que veían a la plata de la cooperativa para hacer política.
Al tiempo que recuerdo estas escenas etnográficas me sorprendo acerca de lo inadvertidas que resultaron para mí en aquel momento. Estos pasajes señalan una de las dimensiones centrales que descuidé en el marco de la agenda de investigación que desarrollé en la última década: se trata de prestarle atención a las dimensiones y las tramas políticas del dinero estatal en el mundo popular. En las páginas que siguen exploraremos los significados sociales plurales y las tramas políticas que envisten al dinero de las políticas sociales centradas en transferencias monetarias (TM).
Significados del dinero y tramas políticas en el mundo popular
A lo largo del trabajo dialogaremos con la nueva agenda de la sociología del dinero, por lo que dedicaremos estas primeras páginas a introducir algunas nociones que nos servirán como andamiaje conceptual y metodológico de interpretación de las tramas políticas del dinero público en el mundo popular.
Ciertas definiciones modernas reflexionaron en torno al dinero como “equivalente general” (Marx, ١٩٧٦), como “medio de todos los medios” (Simmel, ١٩٩٦) o como “moneda de propósitos generales” (Polanyi, ٢٠٠١). Desde los años ٨٠’ en adelante, una renovada agenda de investigación confluye desde perspectivas disciplinares diversas (tales como: la economía, la filosofía, la antropología y la sociología) en la necesidad de traspasar las narrativas de una dinero universal y homogéneo: la literatura académica contemporánea declara la existencia de monedas múltiples para comprender la vida social, política, económica y cultural del dinero.
Algunas de las narrativas de las monedas múltiples pueden encontrarse, por ejemplo, en el campo de la economía. A lo largo de las últimas cuatro décadas, las escuelas económicas denominadas “regulacionistas” y de las “convenciones” (Aglietta y Orléan, ١٩٩٨) exploraron el significado del dinero trascendiendo las definiciones clásicas establecidas por la economía ortodoxa y normativa, que determinan al dinero solo por su mera capacidad de funcionar como unidad de cuenta, como medio de cambio y como reserva de valor. Destacados trabajos demostraron las relaciones existentes entre las crisis económicas y las dimensiones sociales, simbólicas y políticas de la moneda (Roig, ٢٠١٦; Théret, ٢٠٠٧; Orléan, ٢٠٠٧).
En la literatura antropológica y sociológica podemos encontrar tempranas indagaciones sobre el dinero: autores como George Dalton (١٩٦٧) y Paul Bohannan (١٩٦٧), Maurice Bloch y Jonathan Parry (١٩٨٩), Nigel Dodd (١٩٩٤), Jane Guyer (١٩٩٤ y ٢٠٠٤) Florence Weber y Caroline Dufy (٢٠٠٩) demostraron los usos múltiples del dinero y su circulación más allá de las esferas del mercado y recreando vínculos sociales diversos. Sin lugar a dudas, la aparición de la obra de Viviana Zelizer - “Los significados sociales del dinero” (٢٠١١) – representó un momento disruptivo sobre tales interpretaciones: Zelizer confirmó la existencia de un mundo de saberes expertos vinculados al dinero que produce discursos jurídicos, económicos y políticos sobre su uso, pero, además, demostró los significados múltiples del dinero en prácticas ordinarias que sólo pueden ser comprendidas a partir de una interpretación de los vínculos entre prácticas monetarias, relaciones sociales y universos culturales. En su obra titulada “La negociación de la intimidad” (Zelizer, ٢٠٠٩), la autora demuestra los múltiples significados personales, sociales y morales que pueden acompañar las transferencias de dinero. Sus indagaciones permiten observar cómo el dinero puede introducir distinciones, disputas, negociaciones y evaluaciones incluso en las relaciones de mayor confianza e intimidad. En determinados casos el dinero también puede obstruir o impedir relaciones específicas e, incluso, delinear límites para las transacciones o demarcar qué personas pueden participar de ellas.
Cuando situamos la mirada en el horizonte geográfico de América Latina, debemos gran parte de la recuperación de esta agenda a los trabajos de colegas tales como: José Ossandon (٢٠١٢) quien promovió una agenda de investigación sobre el crédito en los sectores populares chilenos; Magdalena Villarreal (٢٠٠٩) quien indagó sobre estrategias y repertorios económicos en mujeres rurales mexicanas y Lucía Muller (٢٠١٤ y ٢٠١٢) que exploró las prácticas económicas de los sectores populares en Brasil, entre otros. En lo que refiere a la República Argentina, desde los últimos ٢٠ años asistimos a una agenda nutrida de investigación dónde se destacaron los trabajos pioneros de Mariana Luzzi (٢٠١٠) sobre el uso de monedas alternativas en contextos de crisis, el trabajo de Alexander Roig (٢٠١٦) sobre las dimensiones simbólicas y políticas de la moneda y los trabajos etnográficos de Ariel Wilkis (٢٠١٣ y ٢٠١٧ a y b) sobre los significados plurales del dinero en el mundo popular, sus dimensiones morales y las relaciones de poder.
En lo que refiere a la trayectoria de las políticas sociales de transferencias monetarias a nivel mundial, podemos señalar que en torno a ellas se promovió una serie de indagaciones programáticas y técnicas, donde predominó la intervención de los organismos internacionales y las agencias de desarrollo. Los informes técnicos y de expertos en la materia giran en torno a la redefinición de la noción de protección social y su relación con la transferencia de ingresos (Banco Mundial, ٢٠١٨; Cecchini y Madariaga, ٢٠١١; ONU, ٢٠١١), hacia una definición focalizada de beneficiarios con la finalidad de incidir en la economía de hogares con menores a cargo y según el género del receptor de la transferencia (CEPAL, ٢٠١١; OIT, ٢٠١٠), y relevamientos sobre la percepción de la población en general acerca de las transferencias de ingresos (Robles, Rubio y Stampini, ٢٠١٥ y Banco Mundial, ٢٠٠٩).
En Argentina se destacaron una serie de informes técnicos/ gubernamentales y trabajos académicos enfocados en medir los indicadores de impacto y efecto de los programas de TM. Principalmente, los informes en relación al impacto sobre los índices de pobreza e indigencia elaborados por distintos organismos públicos vinculados a la implementación de los programas (ANSES, ٢٠١٢), como así también sobre los niveles de ingreso y vulnerabilidad en los hogares receptores (Salvia, Tunion y Poy, ٢٠١٥; Agis, Cañete y Panigo, ٢٠١٠) y sobre las modificaciones en pautas y acceso a distintos bienes de consumo (Kliksberg y Novacovsky, ٢٠١٥; Radic y Rebon, ٢٠١١). 2
Pese a la emergencia mundial de una serie de políticas que destacan la inclusión social en el marco de una incesante intermediación de transferencias monetarias y, a la multiplicidad de enfoques y debates sobre los programas de TM, son pocos los trabajos que se han detenido en un análisis cualitativo e interpretativo sobre el dinero transferido (Hornes, ٢٠٢٠; Dapuez, ٢٠١٣; Jabs Eger, ٢٠١٣).
Durante los últimos ١٥ años he desarrollado una agenda de investigación vinculada a los significados sociales plurales que asume el dinero transferido por el estado en el mundo popular. Centré mi trabajo en indagar sobre los programas sociales de transferencias monetarias: políticas sociales que transfieren dinero a los sectores más vulnerables de la sociedad a condición de que las/os titulares de derecho cumplan con ciertos prerrequisitos o contraprestaciones. El resultado de dicho proceso me llevó a sostener la producción social de los significados del dinero proveniente de las TM en la República Argentina (٢٠٠٨-٢٠١٥). A partir de una perspectiva que ofrece una articulación con las producciones institucionales del marcaje del dinero y la sociología del dinero de las monedas domésticas, contribuí en: a) develar los conocimientos especializados que los saberes expertos ensamblan para diseñar el dinero de las TM, b) visibilizar los conflictos y las negociaciones sobre los significados del dinero transferido entre los actores locales estatales y los hogares titulares de TM, c) aportar a una sociología moral del dinero que expone cómo el dinero de las TM se encuentra atravesado por relaciones de poder movilizadas a partir de construcciones sociales del género y disputas intergeneracionales y, d) la interpretación del dinero de las TM como dinero público, en tanto elemento que revela las interpretaciones morales que los distintos grupos sociales movilizan sobre las formas de redistribución estatal (Hornes, ٢٠٢٠).
En este artículo me interesa retornar sobre la idea de dinero público (Hornes, ٢٠١٥). He sostenido que el dinero estatal adquiere una dimensión pública: al funcionar como un dispositivo de interpretación cultural permite entrelazar, articular y diferenciar opiniones, organizando puntos de vista sobre los pobres y la pobreza y generando dinámicas colectivas de diferenciación y juicios de valor. Entonces, el dinero público revela las tramas y las dimensiones políticas que éste asume: sus significados y usos exponen lo que cada grupo social considera como las formas sociales y morales que debe asumir la redistribución estatal.
Esta mirada se pliega a la agenda sobre sociología moral del dinero que contribuye a pensar la sociología política (Wilkis, ٢٠١٧ a y b). Aludiendo al concepto de capital moral, la sociología moral del dinero que propone Ariel Wilkis analiza cómo las personas y sus vínculos sociales se miden, evalúan y jerarquizan a través del dinero: “el dinero es un gran clasificador social, a través del cual se juzgan virtudes y defectos que jerarquizan a las personas. El uso del dinero distribuye reconocimientos, transporta virtudes; en definitiva, prueba a las personas” (Wilkis, ٢٠١٧b: ٢١٤). Tomando sus reflexiones prestaremos atención a las negociaciones de estatus moral que circulan en el mundo popular en torno al dinero público, develando sus tramas y dimensiones políticas: lejos de corroer a los sectores populares, la dimensión política del dinero público muestra la capacidad de funcionar como un gran conector social.
Cuestiones metodológicas y organización del artículo
Recurriré a escenas etnográficas de distintos trabajos de campo para situar el análisis sobre las tramas y dimensiones políticas del dinero público. El artículo recupera la trayectoria de ١٥ años de investigación y trabajo de campo etnográfico vinculado a las políticas de transferencias monetarias (sea en formatos condicionados y no condicionados). Los pasajes nos serán de utilidad para observar como los significados sociales y las dimensiones políticas del dinero público sirven de argumento a diferentes actores sociales para movilizar evaluaciones morales a partir de las cuales se esgrimen diferentes principios subjetivos de justicia distributiva.
En las primeras dos escenas etnográficas repongo la experiencia de trabajo de campo desarrollada en el programa Envión durante el período ٢٠٠٨-٢٠١١. Desde el mes de agosto del año ٢٠٠٨ y, hasta el mes de marzo del año ٢٠١٠, mi ingreso y permanencia en el campo estuvo garantizado por las múltiples actividades ligadas a mi desempeño profesional como trabajador social en el programa municipal. Durante el mes de marzo del año ٢٠١٠ me desvinculé del programa Envión por cuestiones referidas a formas de contratación. Dicha situación me llevó a un distanciamiento forzado del campo por un período aproximado de ٨ meses. Al retornar atravesé un proceso de conversión disciplinar de trabajador social a etnógrafo. El trabajo de campo etnográfico se convirtió en la condición de posibilidad para observar el funcionamiento del programa Envión y explorar con mayor detenimiento los sentidos plurales que adquiría el dinero al interior de los hogares: las escenas seleccionadas permiten indagar sobre los múltiples significados asociados al dinero y sus tramas políticas tanto, desde el punto de vista de ciertos políticos profesionales municipales y los agentes locales estatales involucrados en la implementación, como desde la mirada de actores titulares de TM.
En la tercera escena me centro en un trabajo etnográfico desarrollado durante todo el año ٢٠١٥ junto a personas migrantes de países limítrofes y residentes en la zona sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires – ciudad capital de la República Argentina, con las cuales me contacté en el marco de mi participación en una investigación sobre los significados sociales y las fluctuaciones de la moneda estadounidense dólar (Luzzi y Wilkis, ٢٠١٩). Esta escena muestra las tensiones situacionales de desigualdad que se expresan desde la posición de personas que no son titulares de transferencias monetarias, pero recuperan interpretaciones políticas públicas sobre el dinero estatal.
En el cuarto y último apartado recupero un trabajo de campo de entrevistas en profundidad vinculado al proyecto de investigación UNPAZCyT B٠٠٦-٢٠٢١ “Dinero estatal e impacto cualitativo”, donde me detuve en analizar el impacto cualitativo y situado de las transferencias monetarias en el contexto de la emergencia COVID-١٩. Esta escena repara en una situación extraordinaria en Argentina - la emergencia sanitaria y la caída o cese de ingresos en los hogares más vulnerables- y nos permite recuperar las interpretaciones políticas de los hogares acerca de transferencias monetarias innovadoras en contexto de excepción.
Un Envión para el dinero
En el transcurso del mes de agosto del año ٢٠٠٨ logré insertarme laboralmente en un programa de transferencia monetaria municipal denominado Envión3 perteneciente al Municipio de Avellaneda.4 El mismo estaba dirigido a adolescentes de entre ١٢ y ١٨ años que se encontraran en situación de vulnerabilidad social con el objetivo de ayudarlos a concluir sus estudios secundarios y de ofrecerles -a contra turno de la escuela- talleres de apoyo escolar, capacitación y oficios. La asistencia escolar y las actividades complementarias se constituían como las condiciones necesarias para que los adolescentes beneficiarios recibieran un estipendio mensual en forma de beca que ascendía a la suma de $١٥٠ (para la época, un valor aproximado a unos ٤٩ dólares estadounidenses).
A los días de desempeño en la tarea llamó mi atención algo recurrente: el dinero del Envión debía nominarse todo el tiempo bajo la denominación de programa. La palabra plan, muchas veces mencionada en el barrio y de largo debate público sobre el clientelismo o la presencia de mediadores políticos, tenía que ser invisibilizada. Al nombrar el dinero del programa Envión bajo la consigna de programa comenzaba una operación de blanqueo del capital; se trataban de borrar las huellas de intervenciones anteriores a las que realizaba el municipio dotando de profesionalismo a todo el esquema programático en movimiento. Es necesario reponer parte de ese escenario para comprender los procesos de profesionalización política que atravesaba el programa Envión en el año ٢٠٠٨.5
La profesionalización del Envión implicó la emergencia de una directriz política que buscaba borrar todo rasgo denominado como clientelar o punteril de las lógicas de asistencia, prevención y promoción que perseguía el programa. Bajo esta premisa, ante lo que era visto como un problema moral de la política, la dirección del programa desplazó a mediadores de la política local/ barrial, reubicó distintas sedes del programa, y promovió la proliferación de técnicos de distintas disciplinas sociales en sus equipos de trabajo.
Bajo la nominación de programa se iniciaba un primer movimiento de supuesta despolitización del dinero: la noción de plan resituaba la presencia de operadores/mediadores políticos - la puntera y los piqueteros para los vecinos de Villa Asunción como Mara o Luis-, quienes habían incorporado a adolescentes al Envión por ser hijo de tal o cual o todos parientes de Mara. A su vez, al proceso de profesionalización se sumaba una división del trabajo específica del campo de las ciencias sociales para delimitar áreas de trabajo: a) los coordinadores de los programas en los territorios debían ser profesionales de las ciencias sociales (preferentemente trabajadores sociales o sociólogos), b) los responsables del área social-comunitaria trabajadores sociales de forma excluyente, c) en el área educativa debían primar docentes o pedagogos y, d) en las áreas recreativas y de oficios se destacaba profesores de educación física y capacitadores profesionales.
Siendo que quedaban delimitadas las áreas con profesionales de perfiles específicos, comenzaba una segunda etapa de protocolización de tareas. Solo por dar un ejemplo, desde mi rol como trabajador social estaba encargado de las altas y bajas del programa, las entrevistas de admisión, las instancias de acompañamiento familiar integral (prevención, promoción, asistencia directa, entre otras tareas ) y el trabajo de articulación territorial con diferentes instituciones estatales. En todas aquellas instancias la consigna era clara: que prevaleciera la noción de programa y que el dinero transferido a los adolescentes se introduzca bajo la denominación de beca. Remarcaban que el dinero debía ser pensado como un medio para, y no un fin en sí mismo, porque la consideraban como la mejor estrategia para que los adolescentes participen del programa.
Recuerdo encontrarme en esas escenas cotidianas laborales repitiendo hasta el hartazgo que el Envión era un programa. En las visitas de admisión, dónde se evaluaban adolescentes que se encontraban en lista de espera para ingresar al programa, repetía constantemente sus objetivos, requisitos ligados a la educación formal, las formas profesionalizadas en que definíamos los ingresos (llamadas institucionalmente altas), las condiciones educativas, recreativas y de formación para acceder a la beca y las posibles sanciones para los adolescentes que incumplieran. Incluso en otros espacios, como ser encuentros con empresas del distrito que realizaban aportes de capital para el pago de las becas, la escena se repetía protocolarmente (Hornes, ٢٠١٧).
Luego de un tiempo y, gracias a los aportes de la sociología y la antropología, descubrí que todos esos escenarios planteaban ejercicios performativos sobre el dinero. Así como los expertos en políticas sociales producen categorías para nombrar al dinero a ser transferido por el estado (Hornes, ٢٠١٩), los actores locales estatales replicábamos dichos esquemas en los espacios de intervención microsocial. En resumidas cuentas, representábamos las correas de transmisión de esas categorías performativas que investían con valores morales el dinero proveniente del estado: para que el programa se jerarquice y los adolescentes se transformen en personas legítimas de la asistencia, la beca debía portar cualidades específicas. El estudio formal, la educación complementaria, la recreación y el deporte, la formación en oficios diversos, investían al dinero con valores morales que se situaban lejos de los planes o al dinero que se gastan los adolescentes en drogas. Bajo esas premisas el programa completaba su nombre: Envión. Oportunidad de futuro.
El dinero que trabaja no hace política
Durante el transcurso del año ٢٠٠٩, el Ministerio de Desarrollo Social de la República Argentina lanzó el Programa Ingreso Social con Trabajo – Argentina Trabaja. Sus principales ejes de intervención eran la inclusión social a través del trabajo, la capacitación desde una perspectiva integral y la promoción de la organización cooperativa. Estaba dirigido a personas pertenecientes a hogares en situación de alta vulnerabilidad social, que no contaran con otro ingreso proveniente de trabajo registrado, pensión, jubilación, programa social nacional o provincial incompatible. La implementación del programa se llevaba adelante a través de una articulación directa con los distintos entes ejecutores a nivel municipal, representados por las secretarías que realizan diversas obras públicas, y donde los beneficiarios del programa se encontraban organizados bajo la modalidad de cooperativas. La distribución apuntaba al cumplimiento de uno de los componentes pilares del programa; una actividad laboral concreta en una sede municipal, como condición de poder ser beneficiario de la transferencia directa de dinero que ascendía a una suma de $ ١.٢٠٠ (٣٠٠ dólares para la época), depositada mensualmente en una cuenta individual y personal en calidad de monotributista social. Además de la actividad laboral, los criterios de condicionalidad se organizaban a partir de una serie de componentes educativos y sanitarios: los titulares optaban por acceder a algún tipo de terminalidad educativa (alfabetización, primaria o secundaria), capacitarse en algún oficio y/o formación laboral específica, y participar en jornadas de prevención y promoción de la salud 6.
Días antes de que el programa sea anunciado por el ministerio nacional, desde la Secretaría de Acción Social del municipio nos pidieron a los trabajadores sociales del programa Envión que participemos en la asignación de altas. La máxima responsable administrativa de la secretaría me lo informaría de forma telefónica y solicitando discreción. Recuerdo las palabras textuales de Yanina:
Tincho, van a salir unos planes de (ministerio de) Desarrollo que la idea es que sea para los padres y madres de los chicos del Envión que no tienen trabajo. Van a ser cooperativas de hasta 15 personas por barrio. Lo único importante es que no hablen de la plata por el barrio, van a ser como $1200 pesos… es un montón de plata… pero no queremos que la gente sólo se anote por eso.
El monto de $١.٢٠٠ que se transferiría a partir del nuevo programa social se encontraba muy próximo a cubrir la canasta básica total (CBT) del año ٢٠٠٩, siendo que la misma promediaba a lo largo de los meses entre $١.٥٠٠ y alcanzaría los $١.٨٠٠ en diciembre del mismo año. 7 El dinero siempre era un rumor presente en el barrio, aunque autoridades y agentes buscáramos silenciarlos. En el breve lapso de dos recorridas por los hogares más vulnerables de Villa Asunción sonaba una interpretación sencilla: el plan ese de los ١.٢٠٠ pesos. Incluso desde otros barrios como Villa Corina o la Isla Maciel llegaban los mensajes y rumores sobre el dinero.
Rápidamente fuimos instruidos por las autoridades del programa para conformar dos cooperativas del barrio Villa Asunción: una de limpieza y recuperación de espacios públicos compuesta por mujeres y otra de desmalezamientos y trabajos de construcción compuesta por varones. La consigna era reunir a madres y padres sin trabajo, coordinar la conformación del grupo y realizar un seguimiento de los mismos con las autoridades municipales que iban a delegarles tareas. En breves ٤٨ horas conformamos el listado y lo elevamos a la secretaría. Al día siguiente nos informaron que el intendente convocaba a los futuros cooperativistas a un acto municipal en el anfiteatro de Villa Domínico, lo que sería finalmente el lanzamiento del programa en el ámbito local.
A los pocos días de la conformación de las cooperativas comenzó un proceso de diferenciación política sobre las tareas asignadas. El grupo de limpieza y recuperación de espacios públicos liderado por Norma –madre de uno de los adolescentes titulares del programa Envión- mostraba bastante disgusto por la distribución de las tareas. Norma lo sintetizaba de la siguiente manera:
yo no como vidrios, Tincho… ya me di cuenta cómo está organizada la cosa. Y te lo voy a cantar porque ninguna de las otras chicas se anima. Nosotros anduvimos por todas las escuelas, andamos limpiando calles, estamos metiendo la mano en la basura que deja la gente tirada en la calle… ¿para qué? Están re caliente las chicas, los otros se la pasan todo el día en el camión del corralón, de acá para allá, haciendo política con ese que trabaja para Ferraresi. Te la hago corta: ellos están haciendo política y ver dónde pueden acomodarse… nosotras estamos trabajando como unas boludas.
Las palabras de Norma y la disconformidad de su grupo hacían referencia a no sólo a las diferencias de tareas sino, principalmente, a la proximidad política que la cooperativa de varones estaba logrando con un grupo político de la Secretaría de Obras Públicas ligado a quien aspiraba a la intendencia del distrito; Jorge Ferraresi.8 La cooperativa compuesta por varones recorría gran parte del distrito con tareas de desmalezamiento, pero, además, llevaba tiempo participando de obras de infraestructura de pequeña y mediana escala en el distrito. Ese recorrido les permitía establecer lazos de confianza con referentes del corralón, lugar dónde además pasaban gran parte del tiempo, y espacio en el cual comenzaban a visibilizar posibilidades políticas. Ramón, uno de los referentes de ese grupo, lo expresaba con claridad:
Estamos ahí en el corralón porque de ahí se maneja todo… pegamos onda con el Chimi uno de los supervisores: él nos junta a la mañana y nos tira el recorrido. Estamos empezando a hacer alguna que otra obra y nos buscan mucho porque nosotros tenemos años de albañil, los pibes no saben hacer ni un pastón.
Ramón destacaba la expertise laboral del grupo, pero reconocía la incidencia política del espacio institucional: nosotros sabemos que en algún momento pueden sacar el plan este de las cooperativas: ¿y qué vamos a hacer? Por eso nos queremos mostrar, respondemos allá y capaz que algún momento podemos aspirar a algún puestito municipal.
Hasta fines del año ٢٠١٠ estuve en contacto con ambas cooperativas. Durante el transcurso de ese año de trabajo de campo, los juicios y las evaluaciones acerca de las acciones políticas del grupo de la cooperativa de varones siguieron sucediendo. Los significados y usos del dinero proveniente del programa Argentina Trabaja vinculaba a las cooperativas, por intermedio de él se evaluaban las acciones de unos y otros, se juzgaban comportamientos y servía para comparar moralmente a sus miembros: quienes representaban a la cooperativa de limpieza estaban haciendo algo en serio por el barrio y por la gente, solían afirmar Norma y sus compañeras. En contraposición al compromiso que ellas demostraban estaban los que quieren hacer política con la plata del programa. La cooperativa de construcción no respondía abiertamente a esas críticas, pero sostenían que ellas no entendían: cuando tienen que resolver un problema político les salvamos las papas nosotros, mencionaba Ramón.
Hay trabajos de las ciencias sociales que sostienen que el dinero tiende a oscurecer las relaciones y los vínculos sociales (Wilkis, ٢٠١٧b). Sin embargo, las escenas etnográficas que ilustran este apartado revelan la posibilidad de comprender con mayor especificidad las relaciones sociales del mundo popular cuando el dinero se vuelve un lente: los significados, usos y evaluaciones sobre el dinero que transita entre las cooperativas demuestran que éste permite visibilizar conflictos, tensiones y negociaciones, impugnar o legitimar ciertas acciones, jerarquizando o des jerarquizando a las personas y a las relaciones que tornan significativas sus universos sociales. El dinero del programa Argentina Trabaja expone otra vez la dimensión política del dinero público: de un lado, sirve para jerarquizar acciones y personas que demuestran interés por el barrio y la gente y, del otro lado, sirve para jerarquizar una posición en el espacio político local proyectando aspiraciones de un grupo en formación. En ambos casos, el dinero público expone dinámicas colectivas de diferenciación entre grupos y la disputa de criterios en torno a quienes resultan moral y políticamente –más o menos- portadores de reconocimiento.
El dinero de la política es para los vagos.
Durante el transcurso del año ٢٠١٥ realicé entrevistas en profundidad a hogares de sectores populares en dos barrios de la zona sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Bajo Flores y aledaños). En dicha instancia de trabajo de campo conocí a Chalo: un vecino de Villa Paraíso, de unos ٤٠ años de edad, trabajador en un laboratorio de análisis clínicos próximo al barrio. Chalo convivía con Mary, dos o tres años menor que él y sus dos hijas mujeres: Pía (٧) y Nina (٣). Me aproximé a ellos a través de otro contacto barrial y buscando entrevistar a hogares que percibieran la transferencia monetaria Ciudadanía porteña, iniciativa desplegada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.9
El objetivo del contacto original no resultó muy fructífero. Mary era titular del programa Ciudadanía porteña, pero trabajaba gran parte del día realizando tareas de maestranza en uno de los comedores del barrio. Nunca comprendí bien porque mi contacto decidió presentarme a la familia; Chalo nunca quería hablar de esas cosas y se mostraba reacio sobre el tema. Sin embargo, luego de visitarlo varias veces comenzaron nuestras conversaciones políticas: yo no hablo mucho estos temas con la gente porque viste que está todo el mundo con la grieta y eso. Prefiero no meterme en kilombos, señaló. Paradójicamente, desde ese día no hicimos más que hablar de política y dinero.
Con el transcurso de los días las denominadas conversaciones políticas se profundizaron. El contexto previo a las elecciones presidenciales del año ٢٠١٥ resultaba inevitable, siendo que los dos principales candidatos en la contienda política estaban presentes en infinidad de debates públicos, actos, propagandas, programas televisivos, etc. Una mañana, mientras tomábamos mates con Chalo comenzó el destape:
Mira… me voy a destapar con vos porque me caes bien y parece que sos de escuchar a la gente. Yo no hablo de estos temas porque hasta con Mary tengo diferencias: a mí no me gusta que cobre el plan ese (Ciudadanía Porteña) porque nosotros no lo necesitamos. Ella va ahí, ayuda en la limpieza, cocina, ayuda con algunos chicos… ponele. Pero ahí es todo política, ella no lo quiere ver, ella dice que va a ayudar por el barrio. Pero es todo política: todos los vagos de acá del barrio quieren estar en la política por la plata y por los planes.
El destape de Chalo estuvo acompañado de un discurso verborrágico y entonado con el calor de su cuerpo. A medida que exponía sus argumentos sobre el dinero, su rostro se notaba más colorado de lo normal y como expresando furia: destacaba con cierta entonación particular las palabras plan, vagos, plata, política y movía sus manos como si estuviera dirigiendo una orquesta. Para terminar, desbloqueó su celular y me mostró una imagen de su muro en la red social Facebook, agregando estoy totalmente de acuerdo con esto:
Chalo recuperó gran parte de las frases de la imagen para hacer sus propios análisis políticos: todos quieren vivir de arriba, ya no se labura y la gente no se rompe el alma como antes. Según Chalo, la política había viciado todo: para que van a querer laburar si pueden vivir cobrando planes sociales y haciendo alguna changa, afirmaba con distintos argumentos. Aunque lo intenté, mis intervenciones no pudieron disuadirlo a pensar diferente: los tienen agarrados con la plata de los planes para que voten… no seas iluso, sentenció. Intenté desarmar la imagen del muro haciendo alusión a que la misma homogeneizaba un montón de políticas públicas muy diferentes.
Recuerdo que ese encuentro terminé extenuado. Apenas salí de la casa de Chalo, me detuve en una estación del Premetro (medio de transporte similar a los históricos tranvías) y busqué su nombre desde mi celular personal en la red social Facebook para dar con la imagen. No hacía falta apurarse tanto en conseguirla, la imagen se estaba volviendo viral en distintos muros y otras redes sociales. La imagen no sólo generaba cierta identificación en Chalo, sino que captaba el clima de la campaña electoral que resultaba efervescente en la sociedad argentina de ese momento, dónde el grupo político opositor denostaba la intervención estatal en su dimensión más redistributiva.
Como mencionamos al inicio de este trabajo, el dinero público permite entrelazar opiniones en universos bien diferenciados, conectando debates de la escena pública con situaciones cotidianas de personas que pueden o no ser titulares de las transferencias monetarias estatales. Al igual que el dinero que vinculaba a las cooperativas del programa Argentina Trabaja, los significados y las evaluaciones movilizadas en torno al dinero proveniente del programa Ciudadanía Porteña sirven para organizar repertorios morales y juzgar a quienes perciben el dinero público. Las palabras de Chalo reponen parte de dichos repertorios y asocian el dinero público a aspectos que él considera inmorales: quienes reciben dinero de las políticas públicas o del universo de la política partidaria representan a personas vagas, que no quieren trabajar y desean vivir de arriba, e incluso están sujetos a cierta forma de dominación política.
Las formas de nombrar al dinero que introduce Chalo resultan significativas porque revelan que las tramas políticas del dinero público modelan una moneda específica a partir de la cual la sociedad puede pensarse a sí misma. La dimensión política de ese dinero público repone tensiones en torno a principios constitutivos de la sociedad, formas de clasificación que movilizan diferentes grupos sociales y los valores morales y sociales (reconocimiento, justicia, desigualdad, etc.) que deberían enmarcar a las formas de redistribución monetaria estatal.
El dinero para gente como nosotros
Irma tiene unos ٥٠ años de edad y la conocí realizando trabajo de campo en un barrio vulnerable del distrito de José Clemente Paz durante el año ٢٠٢٢. La contactamos al igual que otras familias que entrevistamos para indagar sobre los efectos cualitativos y situados de las transferencias monetarias estatales implementadas en el marco de las restricciones sanitarias de la pandemia COVID-١٩.
Irma vive con sus tres hijas – de ٢٩, ٢٤ y ١٩ años respectivamente - y una nieta de ١٢ años de edad. Cuando nos conocimos Irma estaba desocupada hacía aproximadamente seis años, su último empleo había sido registrado desempeñándose como personal de limpieza, dónde se había desvinculado luego de ganar un juicio a través de la aseguradora de riesgo del trabajo (ART). Mientras tanto, sus hijas mayores se encontraban ocupadas: la de ٢٩ años trabajaba como empleada doméstica en una casa de familias de modo informal y la de ٢٤ años apenas tres días antes había conseguido trabajo en una fiambrería. Además de los ingresos laborales, en el hogar contaban con la percepción de la Asignación Universal por Hijo para la Protección Social (AUH)10 por parte de su nieta y la Tarjeta Alimentar11.
Irma recuerda que cuando explotó la pandemia todo era un caos. En marzo de ٢٠٢٠ el hogar sólo contaba con los ingresos laborales de la mayor de las hijas de Irma, quien cuidaba a una vecina jubilada durante el día. Debido a las restricciones sanitarias impulsadas en el marco de la pandemia, la familia de la jubilada prefirió discontinuar los cuidados para evitar un posible contagio. Entonces, la hija de Irma se quedó sin trabajo y la familia sin el ingreso laboral estable:
Qué manera de sufrir, todo era un caos, no sabíamos qué hacer. En ese momento mi hija se enojó mucho con la familia de la abuela porque no le siguieron pagando nada, ni siquiera la mitad o algo… se quedó sin trabajo de una semana a la otra. La pasamos mal, no llegábamos con la plata, había veces que no comíamos.
Además del cese de ingresos, la economía de la familia se vio afectada porque el ex marido de Irma redujo el dinero que le transfería para pagar el alquiler de la vivienda. Si bien no precisó el monto que percibía de parte de su ex pareja, añadió otro atenuante: como mis hijas ya son todas mayores… ya no tiene la obligación de mantenerlas. Esta situación ofuscaba bastante a Irma, dado que su ex contaba con un buen sueldo producto de la jubilación que percibía por ser oficial retirado de la Policía Federal Argentina.
Irma recuerda el primer semestre de la pandemia como un sufrimiento. Si bien tanto ella como sus hijas pudieron percibir el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), mientras ese dinero llegaba hacían pizzas y pan casero como para vender y pucherear algo.12 Además, debían asumir el costo del alquiler de la vivienda y lidiar con la inestabilidad de no saber cuándo se iban a levantar las restricciones para salir a patear la calle y buscar trabajo, agregaba. Para transitar esos meses resultó central el ahorro que ella había logrado a partir del juicio laboral en su último trabajo: esa plata nos salvó, pero se me fue rápido, mencionaba apenada.
En algún encuentro le pregunté a Irma si recordaba otra crisis social como la producida por la pandemia, a lo que respondió algo sumamente interesante: no, algo como eso nada, no recuerdo una crisis tan grande. Bah, en realidad, la del ٢٠٠١ fue muy grave, pero en ese momento yo tenía trabajo en blanco… Pienso que si hubiera tenido un trabajo en blanco durante la pandemia no la hubiera pasado tan mal.13
La última vez que conversé con Irma hablamos de la ayuda del estado en pandemia. Intenté aproximarme con algunas preguntas a sus interpretaciones sobre el dinero que transfirió el estado argentino en el marco de la emergencia sanitaria. Ella realizó reflexiones interesantes sobre la duración de la política y respecto de lo que los políticos deberían hacer para no mirar sólo en sus bolsillos y agregó:
Ayudar… ayudó un montón. Mi hija mayor le compró cosas a mi nietita, las chicas me ayudaron en la casa y así anduvimos. Se podría haber extendido un poquito más de tiempo... pero, para gente como nosotros que no tiene trabajo y vive de pagar el alquiler. Yo veo que hay muchos que lo cobraban y los chicos andan descalzos, las zapatillas rotas… los chicos mal vestidos y las madres con un semejante celular ¿Cómo puede ser?... Algunas gentes son muy sinvergüenzas; no viste a los chicos, no lo usa para los chicos.
Las palabras de Irma nos sitúan una vez más en las tramas políticas del dinero público. El fragmento de entrevista resulta significativo porque Irma presenta dimensiones diferenciadas: por un lado, una interpretación sobre el dinero de la política pública transferido por el IFE y el rol de los políticos profesionales y, por otro lado, una reflexión sobre otras personas que percibieron el IFE y los usos que le dieron al dinero estatal. Las evaluaciones que realiza sobre el dinero transferido en el marco del IFE conecta a diferentes grupos sociales y le permite juzgar distintas acciones.
Este pasaje nos permite explorar otras dimensiones políticas del dinero público. En primer lugar, cuando Irma repone una evaluación sobre el uso del dinero por parte del estado y el rol de los políticos profesionales, hace referencia a los criterios de redistribución y bienestar que deberían primar en las políticas públicas: el dinero estatal debería destinarse a gente como nosotros que no tiene trabajo y paga alquiler. En segundo lugar, Irma conecta dicha interpretación con una evaluación sobre los usos del dinero de otros y otras titulares, quienes no deberían ser contemplados en la redistribución estatal porque no lo usan para los chicos. Los significados y las evaluaciones del dinero transferido por el IFE en el marco de la pandemia movilizan para Irma criterios morales de justicia redistributiva: sus interpretaciones le permiten juzgar tanto, al estado y a los políticos profesionales que participan en las decisiones acerca de las formas de provisión de bienestar, como a quienes no deberían ser considerados como sujetos legítimos de la asistencia estatal por actuar de forma inmoral.
Dimensiones políticas del dinero público.
A lo largo de este trabajo intenté demostrar que el dinero estatal penetra y vincula muchas dimensiones de la vida popular. Como señalamos en la introducción, el dinero expone la capacidad de actuar como un gran conector en las formas de sociabilidad. La dimensión política del dinero público lubrica la vida social en los barrios populares y nos permite explorar los significados plurales que adquiere el dinero transferido a partir de las políticas sociales, cómo dichos significados y evaluaciones respecto de sus usos permite vincular a agentes locales estatales, titulares o no titulares de diferentes programas de transferencias monetarias e, incluso, a los políticos profesionales.
Las escenas etnográficas que repuse a lo largo del texto también demuestran que las evaluaciones monetarias y morales que acompañan al dinero público sirven como indicador de la intensidad política de los vínculos monetarios en el mundo popular. Lejos de aquellas miradas que conciben al dinero como una obstrucción o un objeto corrosivo para las relaciones sociales, las tramas políticas del dinero público nos permiten observar formas de interpretación sobre los pobres y la pobreza, esquemas de clasificación, principios de diferenciación social, narrativas, juicios y evaluaciones que se suceden en diferentes tiempos y espacios y entre actores que se encuentran más o menos distantes en el espacio social.
Los testimonios de las personas con las que interactué o a quienes tuve la posibilidad de entrevistar sitúan interpretaciones y clasificaciones de agentes locales estatales, titulares y no titulares de programas sociales, con el objetivo de visibilizar que los significados y las evaluaciones sobre el dinero público transportan criterios políticos acerca de lo que resulta justo o injusto, correcto o incorrecto, aceptable o condenable, moral o inmoral. La dimensión política del dinero público modela juicios, modula interpretaciones y transporta valores monetarios y morales: las tramas políticas del dinero público exponen lo que cada grupo social concibe como principios constitutivos de la sociedad que deben plasmarse en criterios de justicia redistributiva.
Las categorías nativas que exploramos a lo largo de este trabajo exponen tres claves para reflexionar sobre la dimensión política del dinero público,
١) Exploran cualitativamente formas de cohesión e integración social: develan principios constitutivos de la sociedad, les otorgan contenido a diferentes principios de clasificación social y colaboran en la construcción de un lenguaje específico que expresa los conflictos que viven en esas sociedades;
٢) Exponen definiciones situacionales de la desigualdad: demuestran las pequeñas brechas sociales que existen en la sociedad, que no se reflejan en indicadores cuantitativos sobre la desigualdad o sobre las posiciones en una escala de ingresos, pero resultan relevantes a la hora de observar los procesos contemporáneos de malestar e irritación social (Assusa y Kessler, ٢٠٢٢) y,
٣) Develan dimensiones subjetivas de la justicia distributiva: señalan la presencia de valores morales en torno al mérito, valores que marcan las formas de reconocimiento o la negación, indican el ejercicio de derechos o su impugnación, valores sobre lo justo o injusto, lo correcto o lo incorrecto que deberían primar como criterios en las entregas de dinero estatal.
Identificar algunas de las dimensiones políticas del dinero público –porque de seguro quedan otras sin explorar- nos permite poner a dialogar procesos transversales vinculados al Estado, las políticas públicas, las formas de redistribución y las prácticas y relaciones económicas de los sectores populares junto a las intervenciones microsociales de actores locales estatales, en las dinámicas capilares que asume del dinero en los barrios populares. Lejos de las miradas normativas, la dimensión política del dinero público considera los contextos particulares en que se desarrollan las dinámicas, nos permite observar los comportamientos razonables que despliegan los actores sociales y analizar sus prácticas, las luchas por clasificación y las formas de jerarquización movilizadas.
Me interesa señalar que las tramas políticas del dinero público nos conectan con la agenda de investigación de los problemas públicos (Marquez, Pereyra y Nardacchione, ٢٠١٨). La sociedad moviliza distintos debates públicos a partir de los significados de diferentes monedas: recurriendo a los significados sociales del dólar (Luzzi, y Wilkis, ٢٠١٩) y del dólar blue (Sánchez, ٢٠١٤); sobre el dinero transferido a partir de las políticas de reparación económica a familiares y víctimas del terrorismo de Estado (Luzzi, ٢٠١٤); las reparaciones a familiares de víctimas de femicidios (Giambroni, ٢٠٢٠); sobre el dinero transferido a partir de subsidios (Bona, ٢٠١٥) y las transferencias al sector privado (Duarte, ٢٠٢٣), las problemáticas de sobreendeudamiento en hogares (Pozo y Wilkis, ٢٠١٩) y la dimensión feminista de las deudas (Gago y Cavallero, ٢٠٢٠), entre otros. La dimensión política alcanza a otros dineros públicos, sus significados se conectan y la sociedad acude a esas interpretaciones para componer lo social, establecer criterios y clasificar grupos, generando mecanismos de inclusión y exclusión social.
Este año se cumplen ٤٠ años de la restauración democrática en la República Argentina. Paradójicamente, hemos atravesado las últimas tres décadas asistiendo a una exponencial expansión de políticas asistenciales y de protección social basadas en transferencias monetarias estatales. Es decir: el dinero estatal se ha convertido en uno de los principales mecanismos de bienestar e inclusión social al ritmo que ha crecido en la sociedad argentina la pobreza y la desigualdad. Entonces, discutir las dimensiones políticas del dinero es una forma de democratizar nuestra sociedad: es una premisa política necesaria para que todos los actores sociales participen en el debate sobre las formas que asume la redistribución. No sólo importa qué dinero se destina a la asistencia de los pobres sino, también, discutir de qué tipo de dinero se trata y de cuánto dinero. Democratizar y pluralizar el debate sobre el dinero es una condición necesaria para construir una sociedad con mayor integración social e igualdad política.
1 Usaré cursivas para identificar las palabras de los entrevistados y las categorías nativas que son objeto de reflexión etnográfica. Las palabras entrecomilladas señalarán citas documentales o bibliográficas textuales.
2 Para un análisis detallado de las matrices de las políticas sociales argentinas y el surgimiento de las intervenciones centradas en entregas de dinero, consultar: Andrenacci, L y Falappa, F (٢٠٠٩) y Beccaria y otros (٢٠١٤).
3 Con vistas a conservar la identidad y la confidencialidad de las personas que me otorgaron su confianza y se brindaron hacia la investigación, reemplazaré las identidades personales y las referencias sobre el territorio donde se desarrolló el trabajo etnográfico a partir del uso de nombres ficticios.
4 El municipio de Avellaneda es la primera localidad lindante con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
5 Tomo prestado el término profesionalización de Sabina Frederic (٢٠٠٤) para denotar y ejemplificar la presencia de esquemas de reestructuración política en el escenario local.
6 En el período presidencial de la Alianza Cambiemos (٢٠١٥-٢٠١٩) el programa fue renombrado bajo la denominación de “Hacemos Futuro” conservando sus directrices principales. Bajo la presidencia de Alberto Fernández (٢٠١٩ a la actualidad) recibió el nombre de “Potenciar Trabajo”. Se puede consultar: https://www.argentina.gob.ar/desarrollosocial/potenciartrabajo
7 La Canasta Básica Total (CBT) en la República Argentina comprende los gastos contemplados en la Canasta Básica de Alimentos y gastos educativos y de servicios. Se puede consultar la proyección de la consultora FIEL publicada en el diario el Cronista en enero de ٢٠١٠: https://www.ambito.com/economia/segun-fiel-la-canasta-basica-total-aumento-١٩٤-٢٠٠٩-n٣٦٠٢٠٦٨
8 Jorge Ferraresi. Político profesional de trayectoria en el Partido Justicialista. Se desempeñó como Secretario de Obras Públicas del municipio durante el período (٢٠٠٣-٢٠٠٩) y fue elegido Intendente de Avellaneda en las elecciones del año ٢٠١١, cargo que desempeña en la actualidad. Durante el período ٢٠٢٠-٢٠٢٢ gozó de una licencia en su distrito para desempeñarse como Ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación Argentina.
9 Se trata de un programa de transferencias monetarias bajo dependencia directa del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Para una reconstrucción histórica y caracterización detallada, se puede consultar: Hornes, ٢٠٢٠.
10 Se trata del programa de transferencia monetaria de mayor alcance y cobertura de la República Argentina y vinculado al esquema de seguridad social. Se puede consultar: Hornes, ٢٠٢٠
11 El Programa Alimentar es un programa de fortalecimiento alimentario centrado en una transferencia monetaria mensual a hogares con niñes a cargo. Se puede consultar: Hornes, ٢٠٢٣.
12 El Ingreso Familiar de Emergencia se constituyó como la política de asistencia monetaria en pandemia dirigida a los sectores más vulnerables y expuestos a las situaciones laborales de mayor precariedad. Se puede consultar: CETyD, ٢٠٢٠.
13 Ariel Wilkis (٢٠٢٠) acuñó el término vulnerabilidad financiera para describir la situación de hogares vulnerables que se vieron afectados por la profundización de los procesos de sobreendeudamiento en contextos de la emergencia COVID-١٩.
Imagen extraída del muro de Facebook del entrevistado.
AGIS, Emanuel; CAÑETE, Claudio y PANIGO, Demian. (2010). El impacto de la Asignación Universal por Hijo en la Argentina. Ceil- Piette/ CONICET. Documentos Publicados. [en línea, disponible en: www.ceil-piette.gov.ar/docpub/documentos/AUH_en_Argentina.pdf
AGLIETTA, Michael y André ORLEAN (1998). La monnaie souveraine. París, Editions Odile Jacobs.
ANDRENACCI, Luciano y Fernando FALAPPA (2009). La política social de la Argentina democrática (1983-2008). Buenos Aires, Biblioteca Nacional/ Universidad Nacional de Gral. Sarmiento
ANSES (2012). La Asignación Universal Por Hijo para Protección Social en perspectiva . Disponible en línea: http://observatorio.anses.gob.ar/publicacion
ASSUSA, Gastón y Gabriel KESSLER (2022). “¿Cuánta desigualdad puede soportar la democracia?” En: A. Notta (comp.) Estado y gobernabilidad democrática. Aportes para la construcción del conocimiento estatal. Buenos Aires, UNIPE Editorial Universitaria, pp.59-74. .
BANCO MUNDIAL (2008). Cruces, Guillermo; Moreno, Juan Martin; Ringold, Dena; Rofman, Rafael. (eds.). Los programas sociales en Argentina hacia el bicentenario. Buenos Aires, Banco Mundial.
BANCO MUNDIAL (2009). Transferencias Monetarias Condicionadas: Reduciendo la pobreza actual futura. Washington, DC: Banco Mundial.
BANCO MUNDIAL (2010). World report: Attacking Poverty: Opportunity, Empowerment, and Security. Washington DC, BM.
BECCARIA, Alejandra y otros (2014). Protecciones y desprotecciones II. Problemas y debates de la seguridad social en la Argentina. UNGS Ediciones. Disponible en línea: https://www.ungs.edu.ar/libro/protecciones-y-desprotecciones-ii-2
BLANC, Jerome (2009). “Usages de l’argent et pratiques monétaires”. En P. Steiner y F. Vatin (eds.) Traité de sociologie économique. París, Presses Universitaries de France, pp. 649-688
BLOCH, Maurice y Jonathan PARRY, eds. (1989). Money and Morality of Exchange. Cambridge, Cambridge University Press.
BOHANNAN, Paul. 1967. “The Impact of Money on an African Subsistence Economy”. En G. Dalton (ed.) Tribal and Peasant Economies. Readings in Economic Anthropology 123-135. Nueva York, The Natural History Press, pp. 123-135
BONA, Leandro (2015). “Subsidios en clave de clases en la Argentina posneoliberal (2002-2014)”. Revista sociales en debate, °N° 9: Subsidios y servicios públicos. FSOC-UBA. Disponible en línea: https://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/socialesendebate/issue/view/338
CECCHINI, Simone y Rodrigo MARTINEZ (2013). Protección social inclusiva: una mirada integral, un enfoque de derechos. Diálogos Interamericanos de Protección Social. Santiago de Chile, CEPAL.
CENTRO DE ESTUDIOS DEL TRABAJO Y EL DESARROLLO (2020). Políticas sociolaborales en tiempos del COVID-19. Coberturas y Desafíos. Informe IDAES – UNSAM. Mes junio. Disponible en línea: http://www.cetyd.unsam.edu.ar/
CENTRO DE ESTUDIOS METROPOLITANOS (2021). Informe de Coyuntura número 16. Un año de pandemia: ¿qué pasó con el trabajo registrado? Disponible en línea: http://estudiosmetropolitanos.com.ar/2021/05/21/trabajo-registrado/
DALTON, George (1967). “Primitive Money”. En G. Dalton (ed.) Tribal and Peasant Economies. Readings in Economic Anthropology. Nueva York, The Natural History Press, 254-281
DAPUEZ, Andrés (2013) Promissory Prestations: a Yucatec village between ritual exchange and development cash transfers. Tesis de doctorado en Filosofía. Baltymore - Johns Hopkins University.
DODD, Nigel (1994). The sociology of money. Cambridge, Polity.
DUARTE, María (2023). “Para que el país crezca hay que achicar el Estado”. Revista Anfibia – Guía Mitos Impuestos. Disponible en línea: https://www.revistaanfibia.com/especial/mitos-impuestos/
FREDERIC, Sabina (2004). Buenos vecinos, malos políticos. Moralidad y política en el Gran Buenos Aires. Bs. As, Prometeo
GAGO, Verónica y Lucía CAVALLERO (2020). Una lectura feminista de la deuda. CABAl, Editorial Tinta Limón.
GIAMBRONI, Lucía (2020). El valor del femicidio: (e)valuaciones, figuras y sentidos del dinero que estructuraron la reparación a víctimas colaterales del femicidio (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2017-2019). Tesis de Maestría en Sociología Económica. Universidad Nacional de San Martín – Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales.
GUYER, Jane (edit) (1994). Money Matters: Instability, Values and Social Payments in the Modern History of West African Communities. London, Elsevier.
GUYER, Jane (2004). Marginal Gains: Monetary Transactions in Atlantic Africa. Chicago, The University of Chicago Press.
HART, Keith (2004). “Money: One Anthropologist‟s View”. En J. Carrier (ed.) Handbook of Economic Anthropology. Massachussetts: Edward Elgar Plubishing Limited.
HORNES, Martín (2015) Controversias en torno a la construcción pública del dinero. Cuadernos de antropología social. 42.pp 55 - 71.
HORNES, Martín (2017) Paradojas de la inclusión: categorías técnicas y evaluaciones morales en un programa de transferencias monetarias condicionadas. Prácticas de oficio. Investigación y reflexión en Ciencias Sociales. Nro. 18. Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES) vol.2 n°18. p1 - 14.
HORNES, Martín (2019) Expertos diseñando el dinero: el caso de los programas de transferencias monetarias. Estudios Sociológicos. Ciudad de Mexico: El Colegio de Mexico. vol.38 n°112. p141 - 171.
HORNES, Martín (2020) Las tramas del dinero estatal. Saberes, prácticas y significados del dinero en las políticas sociales argentinas (2008-2019). CABA. Teseo.
HORNES, Martín (2023) Políticas sociales en 40 años de democracia. ConCienciaSocial. Revista digital de Trabajo Social. Vol. 7. Nro. 13. Pp. 114-128.
JABS EGER, Talita (2013). Dinheiro e moralidade no Bolsa Família: uma perspectiva etnográfica. Tesis de maestría UFRGS.
KLIKSBERG, Bernardo e Irene NOVACOVSKY (2015) El gran desafío. Romper la trampa de la desigualdad desde la infancia. Aprendizajes de la Asignación Universal por Hijo. Editorial Biblos.
LUZZI Mariana y Ariel WILKIS (2019). El Dólar. Historia de una moneda argentina (1930-2019). Buenos Aires, Crítica.
LUZZI, Mariana (2010). “Las monedas de la crisis: pluralidad monetaria en la Argentina de 2001”. Revista de ciencias sociales, 2 (17), 205-221.
MÁRQUEZ MURRIETA, Alicia, PEREYRA, Sebastián, y NARDACCHIONE, Gabriel (2018). Problemas públicos. Controversias y aportes contemporáneos. Estudio introductorio. En Problemas públicos. Aportes y controversias contemporáneas Mexico, CONACYT. pp. 9-54.
MULLER, Lúcia y Vicente SOARES (2012). “Vão-se os anéis: uma abordagem antropológica do penhor como instrumento de crédito”. REDD - Revista Espaço de Diálogo e Desconexão, v. 4, p. 51-79.
MULLER, Lúcia (2014). “Negotiating debts and gifts: Financialization policies and the economic experiences of low-income social groups in Brazil.” Vibrant v. 11, n. 1: 191-221.
ORLÉAN, Andre (2007). “La monnaie, opérateur de totalisation”. Journal des Anthropologues, 9091, 331-352.
OSSANDÓN, José ed. (2012). Destapando la caja negra: Sociología de los créditos de consumo en Chile. Santiago de Chile, ICSO Ediciones.
POZZO, Estefanía y Ariel WILKIS. noviembre de 2018. La larga fila de los endeudados. Lemond Diplomatique. Recuperado de: https://www.eldiplo.org
ROIG, Alexandre (2016). La moneda imposible. La crisis de la convertibilidad de 1991. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica
THÉRET, Bruno (2007). La monnaie dévoilee par ses crises. Volume II. Crises monetaires en Russie et en Allemagne au XX siécle. París, Editions de L ´ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales.
THÉRET, Bruno (2015). “El trípode de la moneda ; deuda, soberanía y confianza”. En: A. Wilkis, y A. Roig (2015) (eds.) El laberinto de la moneda y las finanzas. La vida social de la economía. Editorial Biblos.
VILLAREAL, Magdalena (2009). Mujeres, finanzas sociales y violencia económica en zonas marginadas de Guadalajara. Guadalajara, Instituto Jalisciense de las Mujeres/Instituto Municipal de las Mujeres de Guadalajara.
WEBER, Florence y Caoline DUFY (2009). Más allá de la Gran División. Sociología, economía y etnografía. Buenos Aires, Antropofagia.
WEBER, Florence (2002). Práticas económicas e formas ordinárias de calculo. Em Mana. Estudos de Antropologia Social 8 (2), pp. 151-182.
WILKIS, Ariel y Pablo FIGUEIRO (2020). “Valuaciones monetarias y jerarquías sociales: evidencias empíricas y desarrollos conceptuales”. Estudios Sociológicos, XXXVIII (112), 7-38. https://doi.org/10.24201/es.2020v38n112.1817
WILKIS, Ariel (coord.) (2022). Panel cualitativo sobre endeudamiento de hogares en contexto de pandemia (Región AMBA y Santa Fe, 2020-2021). [Documento de Trabajo]. EIDAES. http://www.unsam.edu.ar/escuelas/idaes/docs/doc5_22.pdf
WILKIS, Ariel (2013). Las sospechas del dinero. Moral y economía en la vida popular. Bs. As, Paidós.
WILKIS, Ariel (2017a). The moral power off money. New York, Stanford University Press
WILKIS, Ariel (2017b). “La sociología moral del dinero. Algunos aportes para la sociología política” En: M. Gene y G. Vommaro La vida social del mundo político. Bs. As, UNGS Ediciones, pp. 211-222
WILKIS, Ariel (2020). Radiografía social de la vulnerabilidad financiera de las familias en contexto de pandemia en el AMBA. Documento de Trabajo. Escuela IDAES.
WILKIS, Ariel (2021). “Las formas elementales del endeudamiento”. En A. Wilkis l (ed.), Las formas elementales del endeudamiento. Consumo y crédito en las clases populares y Estudio sobre endeudamientos de familias de sectores populares urbanos. Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral Ediciones, pp. 8-22
ZELIZER, Viviana (2009). La negociación de la intimidad. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
ZELIZER, Viviana (2011). El significado social del dinero. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.
Sitios web consultados.
MINISTERIO DE DESARROLLO SOCIAL: https://www.argentina.gob.ar/desarrollosocial/potenciartrabajo
DIARIO ÁMBITO FINANCIERO https://www.ambito.com.ar
Financiamiento
CONICET - Universidad Nacional de José Clemente Paz.
Agradecimientos
Este artículo ha sido posible gracias al financiamiento del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y la agenda de investigación UNPAZCyT 2021-2023 en el marco del proyecto de investigación B006-2021 “Dinero estatal e impacto cualitativo”, bajo mi dirección.