“Se pasan la pelota”. Disputas estatales por la infraestructura de internet en la Puna de Jujuy (Argentina)

Martina Di Tullio

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

Universidad de Buenos Aires

Argentina

ditulliomartina@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-3502-6118

“Se pasan la pelota”. State disputes for internet infrastructure in Jujuy Puna (Argentina)

Abstract

The global process of digitalizing daily life is dominated by private companies. However, in rural and indigenous contexts investing in infrastructure is not profitable, thus remaining in the hands of State or community actions. In the Puna of Jujuy, in northwest Argentina, in 2019 the provincial government carried out a project to install free public Wi-Fi networks in the squares of 19 towns. In one of them, Cusi Cusi (Santa Catalina, Jujuy), the weak signal brought multiple complications, and the community soon began demanding internet access in their homes, initiating a process of disputes between different government entities. This paper presents an ethnography of the process of installing residential internet in this town focusing on the political and bureaucratic framework involved and the perceptions of the inhabitants regarding this experience. It highlights the action of the State at its margins, whose fragmented and opposing practices led to the exasperation of a large part of the Cusi Cusi community, who ultimately chose to expel the State from their lives.

Keywords

Internet, public policies, State, Puna of Jujuy, digital infrastructure.

“Se pasan la pelota”. Disputas estatais pela infra-estrutura de internet na Puna de Jujuy (Argentina)

resumo

O processo global de digitalização da vida cotidiana é dominado por empresas privadas. No entanto, em contextos rurais e indígenas o investimento em infraestrutura não é rentável, ficando então nas mãos de ações estatais ou comunitárias. Na Puna de Jujuy, no noroeste da Argentina, em 2019 o governo da província de Jujuy realizou um projeto para instalar redes Wi-Fi públicas e gratuitas nas praças de 19 localidades. Em Cusi Cusi, uma localidade de Santa Catalina, Jujuy, o sinal fraco trouxe múltiplas complicações, e a comunidade começou a exigir acesso à internet em suas casas, iniciando um processo de disputas entre diferentes entidades governamentais. Este trabalho apresenta uma etnografia do processo de instalação da internet domiciliar nessa localidade, com ênfase no quadro político e burocrático envolvido e nas percepções que os habitantes tiveram dessa experiência. Assim, destaca-se a atuação do Estado em suas margens, cujas práticas fragmentadas e opostas provocaram a irritação de uma grande parte da comunidade de Cusi Cusi, que acabou escolhendo expulsar o Estado de suas próprias vidas.

palavras-chave

Internet, políticas públicas, Estado, Puna de Jujuy, infra-estrutura digital

FECHA DE RECIBIDO 20/05/2024

FECHA DE ACEPTADO 15/11/2024

COMO CITAR ESTE ARTICULO

Di Tullio, M. (2024) “Se pasan la pelota”. Disputas estatales por la infraestructura de internet en la Puna de Jujuy (Argentina). Revista de la Escuela de Antropología, XXXV, pp. 1-27. DOI 10.35305/rea.XXXV.287

Resumen

El proceso global de digitalización de la vida cotidiana está dominado por empresas privadas. Sin embargo, en contextos rurales e indígenas no es rentable la inversión en infraestructura, por lo que queda en manos de acciones estatales o comunitarias. En la Puna de Jujuy, al noroeste de Argentina, en 2019 el gobierno provincial llevó a cabo un proyecto de instalación de redes Wi-Fi públicas y gratuitas en las plazas de 19 localidades. En una de ellas, Cusi Cusi (Santa Catalina, Jujuy), la reducida señal trajo múltiples complicaciones y la comunidad pronto comenzó a reclamar para tener internet en sus casas, iniciando un proceso de disputas entre distintos entes gubernamentales. En este trabajo se presenta una etnografía del proceso de instalación de internet domiciliar en dicha localidad, con énfasis en el entramado político y burocrático implicado y en las percepciones que los y las habitantes tuvieron de esta experiencia. Se destaca así el accionar del Estado en sus márgenes, cuyas prácticas fragmentadas y contrapuestas provocaron el hartazgo de una gran parte de la comunidad de Cusi Cusi, que finalmente eligió expulsar al Estado al margen de sus propias vidas.

Palabras Clave

Internet, políticas públicas, Estado, Puna de Jujuy, infraestructura digital

Introducción

El 24 de agosto de 2023 el periodista Jorge Lanata, ante la sorpresa por los resultados de las elecciones primarias en San Antonio de los Cobres (Puna de Salta, Argentina), dijo en Radio Mitre: “¿Te imaginás a los coyas discutiendo de política?” (El Tribuno, 2023). Previamente había dicho que allí no llegaban los diarios, a lo que otro periodista le replicó que, en realidad, esa zona cuenta con Wi-Fi desde hace 3 o 4 años. Los dichos de Lanata reflejan una opinión extendida en los medios hegemónicos y el sentido común sobre la capacidad política de los pueblos indígenas, que no contempla la forma en que opera el Estado en aquellos lugares más alejados de los centros urbanos. La referencia del otro periodista sobre la instalación del Wi-Fi es relevante no sólo porque implica que los coyas sí pueden leer las noticias, sino también porque la existencia de internet en zonas rurales es muchas veces en sí misma producto del accionar estatal. Y la gente es testigo de ello.

Hace dos años vengo trabajando en mi investigación doctoral sobre el proceso de incorporación de internet y los medios digitales en comunidades rurales e indígenas de la Puna de Jujuy. Allí cuentan con instalaciones de fibra óptica producto de un proyecto del Estado provincial. En Cusi Cusi (Departamento de Santa Catalina), donde estuve realizando la mayor parte de mi estadía de campo, desde 2019 tuvieron una señal de Wi-Fi público y gratuito en la plaza del pueblo. Si bien les habían prometido extender la conexión también a los domicilios, la obra quedó frenada durante 4 años, período en el cual la comunidad tuvo que salir de sus casas con frío, viento y lluvias para poder conectarse. Esos años estuvieron marcados por un ida y vuelta de proyectos, disputas y reclamos entre entes gubernamentales de dos niveles: el provincial y el nacional. Es por eso que, al comenzar a preguntar sobre internet en Cusi Cusi, las respuestas que obtuve llevaron hacia el lado de la política. Y una frase recurrente que hubo al describir la situación del internet domiciliar ha sido que Nación y Provincia, como en un partido de fútbol, “se pasan la pelota”.

El objetivo de este trabajo es exponer las prácticas y sentidos del accionar estatal relacionados a la conectividad en la Puna de Jujuy para analizar el funcionamiento del Estado (o los Estados) en sus márgenes. Para ello, ilustraré el proceso de instalación de internet en la comunidad de Cusi Cusi, con énfasis en el entramado político y burocrático implicado, y evaluaré las percepciones que los y las habitantes tuvieron de esta experiencia y que les llevó a tomar decisiones en base a ella. La información surge de mi trabajo de campo etnográfico in situ, de entrevistas en profundidad a diversos actores, y de fuentes secundarias. El propósito es mostrar cómo —al contrario de lo planteado desde los medios hegemónicos—, es en los márgenes donde quizás se pueda entender mejor el funcionamiento y los impactos del Estado y la política (Aretxaga, 2003; Asad, 2008; Das y Poole, 2008), desde otro ángulo que nos permita pensar por qué para tanta gente del país resulta ahora tan urgente la redefinición de los límites y el rol del Estado en sus propias vidas.

Desde el lateral

La antropología política se pregunta, entre otras cuestiones, por cómo funciona (o no) el Estado y por cómo es experimentado por las personas en sus vidas cotidianas. Para el primer tema, Scott (1998) ha ilustrado cómo el Estado tiene el proyecto de hacer legible y organizable la sociedad y el territorio para poder gobernarlos. En cuanto al segundo aspecto, las personas identifican la presencia del Estado en sus vidas principalmente cuando deben acudir a la burocracia. Ésta también se caracteriza, según Graeber (2006), por ignorar las sutilezas de la existencia social real y reducirla a fórmulas preconcebidas. En ellas se manifiestan las relaciones de dominación, en cuanto es el subordinado quien debe comprender su funcionamiento. Otro dispositivo estatal presente en la cotidianeidad son las políticas públicas, que reflejan determinadas racionalidades y maneras de pensar sobre el mundo que inciden en la construcción de subjetividades (Shore, 2010). Es por eso que no son fenómenos neutrales, si bien suelen estar envueltas en un lenguaje objetivo y legal-racional (Shore, 2010).

Una forma privilegiada de observar estos mecanismos es con el estudio del accionar estatal en sus márgenes. Se trata de aquellos espacios territoriales, sociales o conceptuales donde el poder estatal es inestable (Asad, 2008; Das y Poole, 2008). Si bien pueden parecer lugares de desorden, es allí donde deben restablecerse constantemente las formas de control, ya que las prácticas políticas pueden ser reguladas por las poblaciones locales (Asad, 2008; Das y Poole, 2008). Según Aretxaga (2003), en los márgenes no hay un déficit sino un exceso de prácticas estatales, es decir, hay demasiados actores compitiendo por realizar prácticas de legibilidad y control. Así, no existe una entidad estatal unitaria, sino que se la reconoce por los efectos de discursos y prácticas de poder. Al necesitar exclusiones constantes para definirse, el Estado en los márgenes hace que aquellos que son excluidos sean incluidos a través de esa misma exclusión (Aretxaga, 2003). Entonces, el Estado no es un centro de racionalidad que tiende a debilitarse en los márgenes territoriales y sociales, sino que las prácticas en esas áreas son las que moldean a su vez las formas que constituyen lo estatal. Se evidencia así que los bordes son supuestos necesarios para el Estado, así como la excepción es a la regla (Das y Poole, 2008).

El estudio del Estado en los márgenes se focaliza en las historias particulares que muestran cómo diferentes deseos, esperanzas y miedos configuran la experiencia de lo político y cómo la incidencia estatal es experimentada de manera íntima y corporizada (Aretxaga, 2003; Das y Poole, 2008). También incluye los discursos, narrativas y fantasías que se generan alrededor del Estado, que incluye ideas sobre corrupción y abandono. La antropología puede así mostrar cómo las formas de acción política y económica que han sido relegadas a los márgenes pueden también reconfigurar al Estado como un margen del cuerpo ciudadano.

La cancha y los jugadores

Los estudios críticos sobre infraestructuras de internet han remarcado el carácter inherentemente político de su construcción y manejo (Parks y Starosielski, 2015). Se trata de un servicio cada vez más fundamental para todos los aspectos de la vida cotidiana actual, que sin embargo está altamente concentrado en empresas privadas, para las cuales muchas veces no resulta rentable hacer obras para ofrecer sus servicios en zonas muy alejadas de los centros urbanos (Baladrón, 2018; Monje y Vilte, 2021). Es por eso que en zonas rurales e indígenas que han logrado conectarse ha sido por inversiones estatales, de ONG (Sandvig, 2011; Parks, Srinivasan y Cerna Aragón, 2021), o por experiencias de redes comunitarias de internet (Baladrón, 2020; Gonzalez, 2020; Rosa, 2022).

En la última década, la inclusión digital ha sido parte de la agenda del Estado Nacional con programas como Argentina Conectada (2010) y el Plan Nacional de Telecomunicaciones y Conectividad (2018) que promovieron el desarrollo de una red federal de fibra óptica (REFEFO) para garantizar el acceso a internet en zonas rurales. Estas políticas han tenido sus alcances y limitaciones (Baladrón, 2019). El presente trabajo se focalizará en las intervenciones estatales en las telecomunicaciones de una localidad de la Puna de Jujuy, al noroeste del país.

Cusi Cusi es un pueblo ubicado en el Departamento de Santa Catalina, en la Puna de Jujuy. Está a 3800 msnm, a 70 km de la frontera con Bolivia, y es la cabecera del municipio homónimo. El ambiente se caracteriza por una gran amplitud térmica diaria, vientos fuertes y la división anual entre la estación de lluvias y la estación seca. Según el censo de 2010, Cusi Cusi cuenta con aproximadamente 300 habitantes (INDEC, 2010).1 La comisión municipal alterna su autoridad máxima —comisionado/a— cada dos años, que actúa como representante de esta y las otras cuatro localidades del municipio (Misa Rumi, Paicone, Lagunillas del Farallón y Ciénega de Paicone). A su vez, la mayoría de los/as habitantes se reconocen dentro de la comunidad aborigen quechua Orqho Runas, que cuenta con personería jurídica (Decreto N° 3394-G-1997), y que también elige cada dos años al/la comunero/a como su representante a nivel local. El pueblo cuenta con una subcomisaría, una sala de enfermería y una sede del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME). A nivel educativo están la Escuela Primaria N° 127 y la Escuela Polimodal N° 1.

La economía tradicional se basa en el pastoreo de camélidos, y en los campos también se realizan cultivos de altura (Carreras y Pey, 2019). Las mujeres de Cusi Cusi tienen una cooperativa de artesanas denominada Puya Puya, que comercializa tejidos a nivel local y hacia ferias de otros pueblos desde 2019. Están incluidas dentro de un programa del Ministerio de Economía de Jujuy, por el cual reciben talleres de capacitación en la comercialización y diseño de prendas tejidas.

A pesar de esta larga tradición, cada vez menos personas se dedican a la actividad agropecuaria. Algunas trabajan en la Mina Pirquitas, administrada por una empresa estadounidense. Otras actividades importantes son el trabajo en el sector público, con cargos ya sea en el municipio o en las instituciones escolares; el comercio en los almacenes y el creciente turismo.

En cuanto a prácticas colectivas, en Cusi Cusi hay una iglesia católica pero también 5 centros evangélicos. Además, a lo largo del año, se festejan eventos del calendario ritual andino (Señalada, carnaval y Pachamama). La fiesta principal se da el 3 de mayo en ocasión del aniversario del pueblo y la fiesta patronal. Durante este evento también se disputa un torneo de fútbol, una actividad de gran importancia en la socialización tanto al interior del pueblo como con las demás localidades puneñas. Todas las tardes se reúne gente de distintas edades para jugar en la cancha. Hay dos equipos locales: River Plate y Pumas del Pucará, que participan en torneos en distintas localidades.

En casi ninguna parte de la Puna jujeña hay señal de telefonía móvil, solamente en algunos cerros altos donde alcanza la señal de antenas de otras partes de la provincia. En Cusi Cusi, hasta 2016 no había tendido eléctrico, y hasta 2019 contaban solamente con una cabina telefónica para todo el pueblo, y con un espacio tipo “ciber” con computadoras que se conectaban a internet por una antena satelital privada (Wari.Net). Los/as habitantes tenían que pagar para usar ese servicio. En este contexto empezaron a jugar las políticas de comunicaciones.

Para el caso de la conectividad, el rol de los representantes locales ha sido el de elevar notas y reclamos, pero al tratarse de un problema de infraestructura que los excede en cuanto a conocimientos prácticos y habilitaciones legales, las decisiones necesariamente han sido tomadas por entes externos. En términos técnicos, la infraestructura de internet la opera ARSAT, un organismo nacional, pero su manejo puede ser dirigido por distintas entidades. En Cusi Cusi, han sido dos los agentes principales.

Uno de ellos es la sociedad Jujuy Digital (Ley Provincial Nº 6000) creada en 2016 aunque en 2018 se definieron sus estatutos (Boletín Oficial N° 120) que la establecieron como categoría SAPEM (Sociedad de Participación Estatal Mayoritaria), en la cual participan también minoritariamente fondos privados. Su objetivo fue llevar internet a las localidades de la provincia a través de distintos proyectos. Dicha sociedad realizó el tendido de 1143 km de fibra óptica, conectando 73 localidades y un estimado de 570.568 habitantes (Monje y Vilte, 2021). En la Puna se conectaron 19 localidades, todas accesibles desde la ruta 40 (Gobierno de Jujuy, 2019b).

El segundo agente de importancia es el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), dependiente del gobierno nacional. Se encarga de otorgar permisos, licencias y financiamientos a programas de telecomunicaciones en todo el país. En 2021 el ENACOM creó el programa “Roberto Arias” para la promoción de redes comunitarias de internet. Este programa otorga financiamiento para localidades de menos de 5000 habitantes que quisieran armar una red autogestionada, por la cual los cobros del servicio a los domicilios irían a la comunidad misma en forma de cooperativa, a partir de una capacitación técnica brindada por ingenieros.

Es relevante resaltar que los cargos y el manejo de estas instituciones dependen de los poderes ejecutivos. De hecho, hasta 2019 los partidos políticos al frente tanto del gobierno provincial —Morales, Unión Cívica Radical— como nacional —Macri, PRO— eran parte de una misma coalición; mientras que a partir de ese año con el cambio del gobierno nacional a Alberto Fernández —justicialista— pasaron a ser oposición. Por ende cabe preguntarse: ¿cómo operan y cómo influyen estos vaivenes de intereses políticos en Cusi Cusi, que es sin duda un margen territorial y social para ambos Estados?

Formación

Esta pregunta puede abordarse desde un enfoque etnográfico, que en términos de Rockwell (2009) busca documentar lo no documentado a través de la experiencia directa y prolongada en la localidad de estudio, atendiendo a los conocimientos locales y generando una exposición descriptiva que conserve la riqueza de la particularidad del caso, resaltando a su vez relaciones relevantes para contribuir a la problemática de mayor escala. Siguiendo estos supuestos, la información para este trabajo surge principalmente de mi trabajo de campo etnográfico en la comunidad de Cusi Cusi. Si bien conozco el pueblo desde 2017, hasta el momento realicé tres estadías de campo específicamente etnográficas entre el 2022 y el 2023: 15 días en octubre 2022, un mes en abril-mayo de 2023 y una semana en octubre de 2023. Durante estos períodos, participé de múltiples actividades y espacios sociales de la comunidad, conversé formal e informalmente con diversos habitantes y llevé a cabo entrevistas en profundidad grabadas a 58 personas de distintas edades, ocupaciones, creencias políticas y religiosas. Las preguntas de las entrevistas versaron sobre diversos ejes temáticos relacionados a los medios digitales. En este trabajo focalizaré en las expresiones de los actores relativas al proceso de instalación de internet en la comunidad2.

También tuve la oportunidad de entrevistar a dos funcionarios estatales involucrados directamente en este proceso. El primero fue Carlos Quiroga, ex delegado de Jujuy que oficiaba de enlace con ENACOM, con quien conversé presencialmente en San Salvador en abril de 2023. La segunda fue la Ing. Valeria Mendoza, presidenta de Jujuy Digital SAPEM entre 2018 y 2020 y nuevamente desde 2023, a quien entrevisté virtualmente en mayo de 2023. Por último, mucha información sobre el accionar de Jujuy Digital SAPEM la obtuve también a través de sus publicaciones en las redes sociales y de artículos periodísticos de la provincia.

Primer tiempo (2019-principios 2020)

La Figura 1 es una foto del 4 de mayo de 2019, cuando se inauguró la señal de Wi-Fi pública y gratuita en la plaza de Cusi Cusi (Periódico Lea, 2019; Gobierno de Jujuy, 2019a). Allí se puede ver la presencia del gobernador Morales como auspiciante del acto. Esa fecha correspondía a la fiesta del pueblo, por lo que la inauguración se dio en un contexto festivo. El entonces comisionado recuerda que “en ese tiempo estaba el presidente Mauricio Macri, así que la ARSAT dependía de nación y provincia, e hicieron RÁPIDO las cosas”.

Sin embargo, la gestión para que esto suceda no fue hecha ni por Morales ni por Macri, sino por Mendoza desde la SAPEM. Ella relató que en 2016 extendieron la fibra óptica por la Ruta Nacional 40, y que en 2017 necesitaban los permisos de las comunidades para poder instalar los equipamientos y proveer el servicio. Para ello, recorrió en persona los distintos pueblos. Un día quedó impactada por una señora que tenía que viajar cinco días a la ciudad a hacer un trámite de la ANSES y volver:

Digo, un trámite que yo a mi mamá le hice la jubilación por internet y que me llevó una tarde, a una persona de esas localidades le llevaba entre cuatro y cinco días. Entonces yo ahí entendí que todo lo que había vivido esos días era por algo. Y volví con la idea firme, de hecho volví, y pasé derecho, me compré un pasaje y me fui a reunir con el presidente de ARSAT. Y le dije: ‘quiero las 19 localidades conectadas, quiero 19 sitios en cada una de las localidades y el Estado va a llevar la última milla3, porque yo sé que ningún privado lo va a hacer’ (...) Acá es donde el Estado tiene que estar presente.

Fue Mendoza quien tuvo la idea de poner internet en las plazas. Según me contó un ex comunero, los/as habitantes habían sugerido que la señal se instalara en un sector más alto del pueblo para que pudiera tener un mayor alcance. Pero SAPEM decidió respetar la propia planificación y ubicarlo en la plaza frente al edificio municipal. En esa ocasión también se instalaron señales Wi-Fi en la subcomisaría y en las dos escuelas, y se prometió la expansión de la fibra hacia las casas. Según Mendoza, la idea era repartir puntos Wi-Fi en algunos domicilios, que podían compartir a aquellos vecinos.

Así, comenzó la dinámica de salir de las casas para ir a conectarse. Un espacio que antes era solo de paso o apenas transitado, se convirtió en una zona de congregación y por ende de socialización, tanto virtual como físico. Sin embargo, suponía exponerse al riguroso clima de la Puna para poder tener un rato de conexión. Retomaré esta cuestión más adelante.

A principios de 2020 Mendoza terminó su gestión en la SAPEM y quedó a cargo el Ing. Romano. En ese verano, las lluvias fueron tan fuertes que el río levantó y rompió los cables de fibra óptica que habían sido enterrados al lado de su orilla. La provincia envió funcionarios de ARSAT a reparar los daños. Una artesana contó que estos técnicos se quedaban en su casa y le comentaban sobre sus trabajos: “Y ellos me decían ahí, está bueno que tengas una compu porque va a venir también internet para una computadora en la casa. Y así me decían, viste. -¿Y qué pasó? -No sé qué se hizo, la plata se desvió, le hicieron un mal uso y como que ya no alcanzaba para hacer la mejoría”.

En esos meses, los funcionarios de SAPEM le dijeron a la comunidad que hicieran un sorteo para ver en qué casas instalar Wi-Fi, porque no había suficientes equipos para todos. Se eligieron así once familias al azar. Los técnicos fueron a cada una de las casas sorteadas a probar las instalaciones eléctricas. Florencia, que había salido sorteada y estaba “saltando de una pata” de la felicidad, cuenta que los técnicos hasta llegaron a prender el módem en su casa y comprobar que funcionara. Sin embargo, después se llevaron los aparatos, se fueron y no terminaron la obra. Al consultar a Mendoza por estos sucesos, declaró:

Sí, que estuvo muy mal. Yo no fui, fue la persona que me reemplazó. Yo jamás habría hecho un sorteo. (...) Yo no quise ni enterarme porque me indignó tanto. Fueron los dos años que yo no estuve. Me indigné tanto con todo eso que dije, prefiero que ni me lo cuenten, que no quiero saber porque no es nada que yo hubiera hecho.

Segundo tiempo (marzo 2020-2022)

En marzo de 2020 comenzó la pandemia. Mendoza expresó una sensación que también fue compartida por habitantes de Cusi Cusi: “Gracias a Dios [que habían instalado Wi-Fi en la plaza el año anterior], (...) gracias a ese Wi-Fi la gente pudo comunicarse y el hospital pudo vincularse, la gente de seguridad pudo resolver temas de seguridad”. Además permitió el dictado de clases virtuales, con sus alcances y limitaciones, y mantenerse en contacto con familiares.

Sin embargo, hubo que sortear la contradicción entre el mandato de no salir de sus casas, y la necesidad de tener que salir a la calle para conectarse. Como expresa una artesana: “Tenés que venir a la plaza, en plena pandemia no te dejaban ni acercar, tenés que estar dos no más, después hay otro ahí. Por hora, porque, 6 minutos tenías… Y entonces bueno, y ahí era muy difícil.” Además, aumentó la cantidad de actividades que requerían de conexión, lo cual exigió la demanda sobre la red. Esto trajo complicaciones especialmente para la educación: “Y no podían hacer las tareas, no podían recibir, enviar, por razones de que no había internet. Y si salías a la plaza todo era limitado… De 15 minutos. Y a veces cuando te mandaban, así en PDF no, no descarga rápido porque no alcanza el internet, muy lento” (ex comunera); “Ha sido un problema bastante grande, con los padres que no se podían conectar, con la pandemia este… y no los dejaban salir, había algunos casos aquí también que estaban prohibidos salir” (profesor de música); “Fue complicada porque pareciera que Cusi Cusi sería parte de la orilla de la ciudad de Jujuy, porque decían: informe de esto, informe de aquello. Y a veces no se escuchaba nada de lo que decían de acá los chicos o si hay que verse y a veces no nos escuchaban” (profesor de historia).

La mayoría de las personas con las que conversé expresaron su insatisfacción respecto de tener internet solo en la plaza, y su deseo de tener en los domicilios. Yo misma experimenté la frustración de salir de noche, con frío extremo, para tener un rato de conexión, y que a veces no sea posible porque se cortó la luz o porque hay demasiadas personas conectadas. Lila, auxiliar de enfermería, explicó que: “Yo para venir a comunicarme, tengo que venir hasta la plaza. (...) Y ahí a veces se pone el clima muy frío, entonces, no... Aunque quisiera venir a comunicarme, pero no vengo”. Carla, una artesana, expresó:

Veo que hace falta. Porque a veces está frío y llueve y a veces hay emergencia y tenés que salir a la plaza, no queda otra. (...) A veces por salir, por tener miedo, frío, tener miedo de lluvia, no se va uno a comunicarse. Y hay que estar un rato y tenés que estar ahí. Y después hay que venirse. (...) Son dichosos los que viven allá arriba, ahícito alcanza todo.

En esta última cita puede verse lo importante que resulta la disposición espacial en la problemática de la conectividad: la diferencia entre quienes viven más cerca y quienes viven más lejos de la plaza. Sofía, una de las cocineras de la escuela primaria, contó:

Y mientras nosotros vivimos leeeejos [sic], que vivimos lejos, y tenemos que quedarse en la plaza y ni siquiera señal tenemos. Y cuántas veces yo quería tirar mi celular porque no tengo señal. Y da bronca que vos te vas con el frío y de noche y todo… Y no podés comunicarte. Y otro feliz en su casa, esos que están ahí en la plaza.

Al parecer, según varios testimonios, en un principio la señal del módem de la plaza tenía un alcance y velocidad mayores, cubriendo un amplio radio de manzanas a la redonda. Sin embargo, algunos vecinos que viven cerca de la plaza adquirieron routers a través de los cuales repitieron la señal pública dentro de sus domicilios. Cuando le consulté a Roberto, dueño de un almacén frente a la plaza, si le llegaba la señal hasta allá, contestó que: “Ahora no. Ahora no llega porque hay mucha gente. Tienen muchos aparatos y no llega”. Lo mismo le sucedió a Nuria, de otro local junto a la plaza: “Sí o sí tienes que salir y… será porque hay algunos que tienen digamos… cómo se llama… el router que dicen, que da internet”.

Esta práctica redujo así tanto la llegada como la calidad de la red en la plaza, y ocasionó conflictos dentro de la comunidad. El ex comisionado contó que habían hecho una campaña contra esta actitud “clandestina”, dándoles un plazo para que bajen sus routers. Sin embargo, dijo que “no nos hemos puesto firmes” y por eso esas personas continuaron usando la señal pública. Consuelo, cocinera y artesana, comentó: “Me molesta que le ponen contraseña… deberían dejarla libre, si no pagan tampoco, entonces, que le pongan libre”. En contraste, al conversar con una señora que justamente había instalado un repetidor en su casa, justificó su accionar al declarar que, dado que la señal de la plaza es gratuita, no le estaba robando a nadie.

En todo este contexto de malestar y frustraciones, Carlos Quiroga, entonces delegado de ENACOM en Jujuy, apareció para ofrecer una solución. Él fue el principal impulsor de la formulación de aplicaciones al programa “Roberto Arias” para las comunidades de la Puna, ofreciendo asistencia y acompañamiento legal y técnico. Cuenta que cuando asumió en 2020:

Yo recibía mensajitos por WhatsApp de gente que tenía que subir a los cerros, en Cochinoca, en Cusi Cusi, y en diferentes localidades de la Puna para plantearme su problema de comunicación. Así que a partir de ahí, los primeros días de junio, empecé a salir a hacer territorio y me empecé a contactar. (...) tuve la posibilidad de poder reunirme con 60 comunidades en total. Y 21 de ellas, a partir de que empezamos a tener contacto y empezamos a generar confianza al punto institucional, (...) hablarles de la posibilidad de ejercer el derecho a la comunicación que tienen a partir de la Ley 2690. (...) Las comunidades tuvieron que ordenarse [legalmente] y la mayoría de las 21 comunidades que coordinamos para poder avanzar en este proceso, lo hicieron, o sea que tenemos aproximadamente 21 comunidades que tienen ya su licencia TIC de internet comunitario en forma definitiva.

De este modo, con la ayuda de Quiroga la comunidad de Cusi Cusi presentó su proyecto Roberto Arias con el fin de tener internet domiciliar gestionado de forma comunitaria. En abril de 2021 les aprobaron la licencia, pero en abril de 2022 el comunero viajó a Buenos Aires con una carta escrita a mano para insistirle al director del ENACOM que avanzara con la instalación. En octubre de ese año, conversando sobre el tema, me compartieron una copia de esa solicitud, la cual declaraba: “Solicitamos sea aprobado en forma muy urgente porque desde provincia nos dijeron que nos olvidemos de la conexión de Jujuy Digital por razones particulares”. La SAPEM parecía entonces fuera de juego. También me pidieron si podía consultar por el estado del trámite en Buenos Aires. Cuando volví, fui a la sede central y conseguí un contacto con el cual podía hacer el seguimiento. A fines de noviembre de 2022 el proyecto estaba aprobado por todos los niveles, faltando solamente la firma del Directorio para implementarse. Es allí donde el proyecto quedó trabado y por muchos meses no tuvimos más actualizaciones.

Tarjetas rojas y alargue (2023)

Mientras tanto, en Cusi Cusi seguían esperando. El Wi-Fi de la plaza andaba cada vez más lento debido a quienes instalaron routers, a la llegada de más turistas y a los vicios de los jóvenes. Se volvía evidente que la capacidad de megas ya no era suficiente para abastecer la demanda. Además, el clima y los cortes de luz hacían la conexión inestable. Como se ve en la Figura 2, hasta el cartel con el nombre de la red empezó a desgastarse.

¿Por qué no podían tener en las casas? Si la fibra estaba ahí, si habían probado en los domicilios y funcionaba. Si, como dijo Mendoza, “tengo toda la fibra tirada en la puerta de la casa” pero la gente sin comunicación. Realicé esta pregunta a distintas personas de la comunidad y la mayoría de las respuestas apuntaron a la política: según Consuelo, “es de política” porque los usan “para hacer campaña, o para los votos (...) es más político que [para] ver el beneficio de las personas, no hace falta tener la política para dar a la gente”. Una ex comunera explicó que: “Hay un, cómo te puedo decir, como que ambos se, se echan la culpa digamos uno… Se echa la culpa a Nación y otro a provincia…”. Fermín, guía de turismo, también apuntó a los conflictos entre gobiernos:

Más que nada el problema es la política, porque si no fuera por la política, yo creo que ya el internet lo hubiéramos tenido hace años, no ahora. -¿Y cuáles fueron esos problemas políticos? -Que no lleguen a un acuerdo, (...) o que hay pelea entre el gobierno nacional y provincial, entonces es como que nunca llegan a estar con ellos. Y por culpa de ellos siempre pagamos nosotros los que vivimos acá y los que van a la escuela.

En la misma línea, quienes estuvieron más directamente involucrados en las gestiones y reclamos por internet domiciliar explican:

Mirá, entre provincia y nación se tiran la bolilla. Provincia dice, no… ARSAT todavía no nos autoriza, todavía no nos aumentan las megas, eso dice provincia. Y Nación dice ‘no, acá están encargados la SAPEM, Jujuy Digital, ellos tienen que hacer todo’, y la verdad… Eso es lo que nos dicen, digamos, nosotros vamos a SAPEM, nos dicen que Nación es el problema. Vamos a provincia, nos dicen, no, acá el problema, el problema es de Nación. (...) Para mí es un problema político.” (Ex comisionado)

Y bueno ahí, tengo entendido que SAPEM, que es una empresa privada de Jujuy, de la provincia, presentó un proyecto global, que es en lo que es toda la provincia y a bajo costo, y por supuesto, de todo ese proyecto, digamos. Entonces a Nación le convenía que una comunidad aborigen presente un proyecto, por así un ejemplo, de 200.000, cuando SAPEM presentaba un proyecto global por varias comunidades que son ese proyecto devaluado que son 80.000, un ejemplo. Entonces Nación ¿qué hizo? Se lo dio a SAPEM de la provincia para que ellos hagan todas las conexiones de redes de internet, en todas las comunidades.” (Ex comunero)

A nivel nacional hicimos el pedido para que esto se termine, pero después la provincia intervino en esto, trató de decir que ellos van a hacerlo y al final hasta ahora están cortados. No se logró este… hacer algo nacional porque la provincia había presentado una propuesta más este.. con menos recursos, digamos, que tenía menos presupuesto. Entonces, por eso la Nación decidió que la provincia lo haga. Pero, sin embargo, eso no, no se hizo.” (Vocal de la comisión municipal)

Cuando conversamos en abril de 2023, Quiroga me informó que en diciembre de 2022 se había dado de baja el proyecto ENACOM justamente porque coincidía con el área para la cual tenía ya un proyecto financiado la SAPEM. Quiroga discutió y Morales lo despidió como delegado del ENACOM en Jujuy. Así, ENACOM quedó fuera del partido. Quiroga explicó que “la plata estaba, la burocracia estaba, el problema fue que se quiso priorizar un modelo de negocios distinto (...) hay una decisión política de avanzar con un modelo de comunicación con los medios privados”. También aclaró que nunca fue atendido por el Ing. Romano que estaba a cargo de SAPEM durante su gestión, por lo que no pudo haber una coordinación de los proyectos.

Mientras tanto, en agosto de 2022 Mendoza había vuelto a ser la presidenta de SAPEM. Sobre el conflicto con ENACOM, ella argumentó que no podía financiarse dos veces la misma obra, y que SAPEM se había demorado por la falta de dispositivos adecuados:

Es que no correspondía. Se cayó porque, a ver, a mí me dio la plata ENACOM, yo la gané, yo hice la fibra. No se inauguró ni se bajó el servicio domiciliario porque ARSAT no tenía capacidad para liberarme [autorizar el servicio] ahí. No porque la SAPEM no haya ejecutado la obra, o porque haya pasado algo con esa plata. (...) Ellos lo que hicieron es presentar un proyecto igual que el mío. O sea, con el mismo fondo pagar dos veces una obra. (...) A ver, hay otra historia. En esto no tiene la culpa ARSAT. Las tecnologías vienen de afuera. Tenemos problemas con las importaciones. No es que no haya, no hay mala voluntad.

Al momento de la entrevista, mayo de 2023, explicó que ya había conseguido los equipos, y que en dos semanas iba a iniciar las obras para instalar internet domiciliar en Cusi Cusi y las demás localidades de la Puna:

La red está lista. ARSAT nos había liberado 20 megas y porque hicieron un mal dimensionamiento de su red, los equipos eran muy chicos para yo poder dar el servicio domiciliario. Apenas volví, me volví a instalar en ARSAT. (...) Y pedí que cambien, recambien todos los equipos de la 40. Y lo logré. Hicieron el recambio entre enero y febrero y ayer me confirmaron que las 19 localidades tienen 200 megas. (...) Dentro de dos semanas voy a ir yo localidad por localidad a darle las buenas nuevas y empezar el esquema que ya es un esquema comercial. A ver, nosotros no podemos regalarle el servicio. Y esa es la realidad. ¿El Estado estuvo presente? Sí. ¿Hizo la obra? Sí. ¿Conseguimos los fondos e hicimos la última milla? Sí. Un privado jamás lo hubiera hecho porque no le es rentable. Para el Estado, eso no tiene que ser un obstáculo. El Estado lo hizo, sí. Ahora yo voy a brindar el servicio, pero se los voy a cobrar con una tarifa social, una tarifa subsidiada, que es una tarifa que ellos pueden pagar y que a mí me permite sostener esa red. (...) Es lo justo. También es esto, ¿entendés? Enseñarles que el Estado está, pero hasta ahí.

Sin embargo, el internet domiciliar no estuvo listo en esas dos semanas, y la situación política fue cambiando. En junio de 2023, tras dos semanas de paros y reclamos salariales docentes, el gobierno provincial aprobó súbitamente una Reforma Constitucional en la que se cambiaban estatutos sobre los territorios indígenas, sin la consulta previa e informada a las más de 400 comunidades de la provincia. Esto desató un estallido social en la provincia denominado el Jujeñazo (Recoaro, 2023). Hubo manifestaciones y cortes de ruta permanentes en distintas partes, contestadas por represiones policiales violentas. También un grupo con representantes de distintas partes de la provincia, el III Malón de la Paz, viajó hasta Buenos Aires para hacer el reclamo de intervención al Congreso de la Nación. Este suceso generó una profunda desconfianza de las comunidades hacia el gobierno provincial, lo cual influyó tanto en sus decisiones electorales como en aquellas relativas a su conectividad, como expondré a continuación.

Penales (agosto 2023)

El 9 de agosto Consuelo me llamó por WhatsApp. “¿Dónde estás?” le pregunto. “-En casa, nos pusieron internet hoy. -Ah, ¿fueron los de la provincia? -No, no, no. Es una empresa de La Quiaca, no es del gobierno”. Cuando volví en octubre a Cusi Cusi, me enteré de cómo se dieron las cosas. A principios de agosto, una empresa privada de internet llamada TUX consiguió la licitación para hacer uso de la fibra óptica para proveer sus servicios en Cusi Cusi. Cuando SAPEM se enteró, fueron también a la comunidad a ofrecer la instalación domiciliar. Así, finalmente los/as cusi cuseños/as se vieron ante dos alternativas para contar con internet en sus casas:

Empresa TUX: internet proveniente de la fibra óptica pero con salida desde una antena central y llegada hacia cada una de las casas a través de ondas de radio. La instalación salía 40.000 pesos y la cuota mensual del servicio depende de la cantidad de megas que quiera cada usuario.

Jujuy Digital SAPEM: internet proveniente de la fibra óptica que va directamente a cada casa por cables. Instalación gratis, 3 meses bonificados y cuota mensual fija por 10 megas y subsidiada.

A pesar de que el servicio ofrecido por SAPEM resultaba más conveniente tanto en términos técnicos —no se ve tan afectado por el clima— como económicos, 57 familias eligieron instalar TUX en sus casas, y solo 26 aceptaron el trato con SAPEM. ¿Por qué se dio esa preferencia?

Mirta, Betania y Consuelo, parte del grupo de artesanas, mientras tejían me contaron que eligieron TUX para no depender del gobierno si le pasaba algo a los equipos: “Gratis te sale más caro, porque cuando pagás tenés derecho a reclamar si se arruina, mientras el otro si es gratis ¿cuándo va a venir a arreglar?”. Tal fue su determinación que Betania vendió una de sus llamas para pagar la cuota anual del servicio por adelantado. Además, mostraron su indignación frente a SAPEM reclamando que se presentó como si fuese otra empresa privada —por ofrecer un servicio pago— pero aun así fueron atendidos por el municipio, donde se hospedaron y fueron alimentados gratuitamente: “Si fuera privado tienen que pagarse lo suyo”. Las artesanas también dijeron que algunos de los vecinos que instalaron SAPEM tuvieron problemas con los aparatos al poco tiempo, y que quienes eligieron ese servicio “fueron los mismos que votaron a Morales”. Mirta expresó: “Mirá si nos hacíamos colocar por gobierno y perdía Morales y nos sacaba todo. Prefiero pagar que gratis”. Sea o no así, puede notarse la fuerte asociación presente en su imaginario entre la SAPEM y el gobierno de la provincia, con la desconfianza en uno traduciéndose en la desconfianza en la otra.

El mismo razonamiento lo encontré entre los mineros. Antonio afirmó que “no queremos saber NADA con el gobierno”, y Fabián dijo: “Me puse TUX para no saber nada con Morales”. Según Carlos, a partir de junio “se cansaron de depender del gobierno, que te dan y después te quitan todo. Mejor no tener vínculo con el Estado, más allá de pagar impuestos y ser ciudadanos de acá. Si hay opción privada, es mejor”. También remarcó que para reparar los equipos es imposible si hay que esperar al gobierno, mientras que a la empresa “la llamas y listo”.

La mayor facilidad en caso de problemas técnicos también fue remarcada como motivo para elegir TUX por la comunera y por dos mujeres más con las que conversé al respecto. Otra causa señalada por la dueña de un hospedaje fue que TUX le permitía poner una menor cantidad de megas para su alojamiento y por ende pagar el mínimo. Además, una vocal de la comisión de la comunidad aborigen explicó que no quiso instalar SAPEM porque había que firmar un contrato que supuestamente tenía en la letra chica que si querías darte de baja, ibas a tener que pagar la instalación. Recordó además que “notas hemos hecho, hemos esperado años y no han venido del gobierno” y por eso prefirió TUX.

Por otro lado, encontré a tres personas que habían elegido el servicio de SAPEM. Claudio justificó su elección porque la fibra óptica es una modalidad más estable de conexión. Ada, en cambio, la eligió simplemente por ser lo más económico. Y Graciela aceptó SAPEM por ser una empresa que ya conocía de hace años. Sin embargo, al leer el contrato vio que algunas de las cosas que se habían dicho oralmente no estaban por escrito. Entonces, agarró una lapicera y escribió ella misma esas condiciones que faltaban. Lo firmó y lo entregó así, sin consultarles por sus modificaciones.

En la elección del servicio de internet domiciliar, entonces, la percepción del accionar estatal fue un factor decisivo para muchas familias. Al hartazgo acumulado por muchos años de esperar al gobierno se le sumó el profundo rechazo de la figura de Morales a partir del Jujeñazo. Las instalaciones de internet domiciliar se dieron justo antes de las elecciones PASO del 13 de agosto, en las cuales también pudo verse el descontento provocado por la Reforma traducido en números. Morales, pre-candidato a vicepresidente en la fórmula con Larreta, a pesar de ser jujeño quedó en segundo lugar con 18% de los votos, a solo un punto de diferencia del candidato justicialista Massa (17%). En cambio, en la provincia se dio el batacazo del candidato de ultraderecha Javier Milei con casi el 40% de los votos, cuyo discurso de campaña se basó principalmente en el rechazo a cualquier forma de intervención estatal en la ciudadanía.

Resumen del partido

La instalación de internet en Cusi Cusi ha sido un proceso político debido a la injerencia directa de actores estatales, a su utilización en contextos de campaña electoral y a su influencia en los modos de vida de los/as habitantes de la comunidad desde un modelo externo. A continuación, desglosaré estas tres afirmaciones.

Con respecto a la primera, resulta claro a partir de lo expuesto que la fibra óptica llegó a la comunidad a partir de obras hechas con fondos públicos y desde el gobierno provincial. El mantenimiento de la infraestructura también tuvo que ser hecho por técnicos estatales. Esta política pública, en términos de Shore (2010), se presentó como obvia, racional e incuestionable, un instrumento para el progreso. Sin embargo, la comunidad no estuvo satisfecha. A la hora de luchar por ampliar la red a los domicilios, los/as cusi cuseños/as tuvieron que enfrentarse a la burocracia estatal nacional, incluso para pedir ser gestores independientes de su propio internet. Para ello debieron aprender el lenguaje del Estado, escribir notas y proyectos, “ordenarse” desde el punto de vista legal, y hasta viajar a Buenos Aires para que les presten atención. En este contexto rural donde las técnicas de administración son vistas como imposiciones extrañas, es el subordinado quien debe comprender su funcionamiento y no al revés, como diría Graeber (2006). El ex comunero me asoció a mi, proveniente de afuera, con ese mundo extraño que estaban tratando de descifrar, y me pidió ayuda a pesar de mi total desconocimiento sobre el funcionamiento del ENACOM. Y Graciela, a la hora de firmar un contrato con el gobierno provincial, escribió ella misma sus condiciones sobre el papel, tratando de ser ella también una jugadora.

En segundo lugar, la política estuvo presente desde su concepción más acotada, si bien más popular, que es aquella que la identifica con las acciones partidarias. Cuando en 2019 se llevaron a cabo la mayor parte de las obras de Jujuy Digital SAPEM, se habían alineado dos factores: por un lado, que gobernaba la misma coalición política en la Provincia y en la Nación; por otro lado, que se trataba de un año electoral. La foto de Morales inaugurando el Wi-Fi en la fiesta de aniversario de Cusi Cusi es testimonio de cómo los políticos funden su participación con acontecimientos trascendentes de la vida política local, y de cómo la obra funciona como sitio de y para la política, quedando asociada a un nombre y apellido puntual, similar a lo analizado por Gaztañaga (2018). Al finalizar ese año, él fue re-electo en la provincia como gobernador, pero a nivel nacional asumió la presidencia el justicialismo. A partir de ahí, la actividad de la SAPEM pasó a ser casi nula y en cambio ganó terreno el ENACOM. Sin embargo en 2023, nuevamente electoral, volvió a ponerse en marcha la SAPEM, que justamente se presentó en Cusi Cusi ofreciendo finalizar la obra solo días antes de las PASO. Un aspecto interesante en el discurso de Mendoza es cómo ella presenta y experimenta las acciones de la SAPEM como un proceso personal de logros y aciertos propios, involucrando incluso su emocionalidad. La perspectiva de los actores que permite la antropología resulta así útil también para entender el accionar de los poderes hegemónicos.

En tercer lugar, fue un proceso político porque impuso desde afuera cambios en las formas de vida. Jujuy Digital armó un modelo de pueblos con conexión Wi-Fi en sus plazas, y aplicó este esquema a las 19 localidades, a pesar de que en Cusi Cusi le pidieran colocarlo en otra parte del pueblo para mayor alcance. En términos de Scott (1998), se decidió imponer el mapa a la realidad, homogeneizando y simplificando el terreno social. Pero la complejidad de la vida real no puede ser encajada dentro de los esquemas, y lo que pretendía ser una forma de inclusión —Wi-Fi público y gratuito— trajo a su vez nuevas desigualdades, conflictos y dificultades en la vida cotidiana de Cusi Cusi: vivir más cerca o más lejos, tener o no un repetidor, aguantar o no el frío, se volvieron nuevos factores que complicaron la posibilidad de conectarse. Se modificaron también rutinas, espacialidades, oportunidades educativas y laborales, e incluso la relación con el Estado, que pasó a ser individualizada a través de trámites digitales, en un proceso de construcción de subjetividades autorreguladas (Shore 2010). Como expresó uno de los profesores, parecía que por considerarse una zona conectada Cusi Cusi podía responder a las demandas de llenar informes al mismo ritmo que en la ciudad de Jujuy.

Todo esto denota cómo en un lugar tan al margen como Cusi Cusi las prácticas estatales tienen un doble juego de inclusión y exclusión. Lo que se vivió en estos años en la comunidad no ha sido necesariamente un déficit del Estado, sino, como dice Aretxaga (2003), un exceso de prácticas estatales: primero, porque el Estado no se presentó como homogéneo, sino que actuó de forma fragmentada en distintos niveles con intereses contrapuestos —el provincial y el nacional—; segundo, porque a pesar de esta doble injerencia, ningún nivel fue capaz de atender a las demandas de la comunidad en el tiempo y forma esperados, sino que su presencia fue percibida más como un obstáculo que como una facilidad para sus habitantes. La población local buscó colonizar la práctica política mediante formas de regulación propias, ya sea tratando de limitar el uso de routers o presentando un proyecto alternativo. Sin embargo, no fueron efectivos. El “pase de pelota” de un lado al otro fue desgastando el vínculo con los Estados por parte de los/as cuseños/as, y cuando sucedió el Jujeñazo se terminó de fragmentar la confianza que tenían con el gobierno provincial. De este modo, la respuesta de la comunidad, tanto en la instalación de internet como en las urnas, ha sido expulsar al Estado a los márgenes de su propia vida (Arextaga, 2003).

Retomando lo propuesto por Quiroga, queda abierta la duda de si acaso, detrás de todo, no estaría un interés por parte del gobierno provincial en promover un modelo de comunicaciones guiado por capitales privados, en desdén de uno público o comunitario. Después de todo, a nivel mundial la infraestructura digital está ligada a intereses de ganancia capitalista (Parks y Starosielski, 2015). El neoliberalismo busca promover las libertades comerciales, más que la libertad de los pueblos (Harvey, 2007), y la defensa de este principio se vio en el accionar del Estado provincial tanto en la Reforma Constitucional como en las acciones de la SAPEM, que incentivaron un modelo comercial de conectividad, influenciados posiblemente por los fondos privados que participan en la sociedad. Porque, como dijo Mendoza, a la población hay que enseñarle “que el Estado está, pero hasta ahí”.

Pareciera que en Cusi Cusi internalizaron y reprodujeron este mensaje. Hartos/as del partido, dejaron que TUX instalara la antena que les da internet en sus casas frente a la cancha de fútbol, en el lugar donde inicialmente le habían pedido al Estado que colocara el Wi-Fi. Sin embargo, no significa que se hayan rendido totalmente al capital privado. A fines de octubre de 2023, el ex comunero me mandó un audio por WhatsApp para consultarme si pueden volver a tramitar con el ENACOM: “A ver si se pudiera nosotros ser los dueños [del internet], o la empresita que genera dinero, que podamos controlarlo”. Quizás, a futuro, se venga la revancha.

Agradecimientos

Agradezco profundamente a las personas de la comunidad de Cusi Cusi por su calidez, por su amistad y por la predisposición para participar de esta investigación. También agradezco a todas las personas que dieron su consentimiento para ser entrevistadas. Además, al equipo de investigación Pallqa, a mis directores, y a los profesores del seminario “Antropología de los procesos políticos y el Estado” dictado en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) en 2023, en el marco del cual escribí una primera versión de este trabajo.


  1. 1 En los resultados oficiales disponibles del CENSO 2022 la información poblacional está disponible según departamento, no por localidad. Para Santa Catalina señala 2646 habitantes.

  2. 2 Todos los nombres de los y las participantes han sido modificados para preservar su anonimato.

  3. 3 La última milla es la forma en que se denomina al último tramo de la infraestructura de la red de internet que llega a los domicilios de los usuarios.

Figura 1. Gerardo Morales inaugurando el Wi-Fi público y gratuito en la plaza de Cusi Cusi, 4 de mayo de 2019. Fuente: Gobierno de Jujuy, 2019a

Figura 2. Cartel del Wi-Fi público y gratuito en la plaza de Cusi Cusi, mayo de 2023. Fuente: fotografía propia.

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