La acción militar de la Cañada de Gómez. Su devenir histórico como “matanza” y su supervivencia en la memoria colectiva regional (1861-actualidad), Santa Fe, Argentina. Un ejercicio interdisciplinario
Irene Dosztal
Universidad Nacional de Rosario
Argentina
irenedosztal@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-9086-259X
Oscar Videla
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Universidad Nacional de Rosario
Argentina
orvidela@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-0167-5301
Juan Bautista Leoni
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Universidad Nacional de Rosario
Argentina
jbleoni@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-4305-9841
The military action of the Cañada de Gómez. Its historical evolution as a "massacre" and its survival in the regional collective memory (1861-present), Santa Fe, Argentina. An interdisciplinary exercise
Abstract
In this article, we seek to show the progress of an emerging investigation work that target mainly the process of discourse building, leading to the establishment in historical memory as a massacre of the November 22, 1861 military clash between the Buenos Aires and Argentine Confederation armies in the Cañada de Gómez. To this end, we established an interdisciplinary methodology where history, archaeology and anthropology interact. As we became familiar with the research topic, this interdisciplinary study became necessary to gather a greater number of interconnected lines of evidence and thus answer the questions and hypotheses that arise around this conflict. These three disciplines are thus united, given that battle markers are not only present in sources or simply excavated, but also sit above or below the visible landscape and continue to function convincingly as symbols and memories of past identity trajectories. We will share with you the characteristics and difficulties inherent to this topic.
Keywords
Cañada -dale- of Gómez, massacre, memory, historiography, localization.
A batalha da Cañada de Gómez: do confronto armado ao estigma de massacre na memória regional (1861-ao presente). Santa Fé, Argentina. Uma abordagem interdisciplinar.
resumo
Através deste artigo, procuramos apresentar os avanços de uma pesquisa incipiente que tem como objetivo final estudar o processo de construção do discurso que levou ao estabelecimento, na memória histórica, de uma "matança", em relação ao confronto bélico acontecido em 22 de novembro de 1861 entre o exército de Buenos Aires e o exército da Confederação Argentina, na Cañada de Gómez. Com este objetivo, propomos uma metodologia interdisciplinar que integra a História, a Arqueologia e a Antropologia. Depois de familiarizarmos com o tema da pesquisa, este estudo interdisciplinar tornou-se essencial para obter um maior número de linhas de evidência que se conectem, e assim responder às perguntas e hipóteses que surgem em torno de um conflito. As três disciplinas se unem, pois os marcadores da batalha não estão apenas presentes nas fontes ou são apenas escavados, mas também se assentam sobre ou embaixo da paisagem visível e continuam funcionando de modo convincente como símbolos e memórias de trajetórias identitárias passadas. Nesta oportunidade, compartilhamos as características e dificuldades do tema.
palavras-chave
Cañada de Gómez, massacre, memória, historiografía, localização.
FECHA DE RECIBIDO 21/11/2024
FECHA DE ACEPTADO 10/02/2025
COMO CITAR ESTE ARTICULO
Dosztal, I. et al. (2025) La acción militar de la cañada de Gómez. Su devenir histórico como “matanza” y su supervivencia en la memoria colectiva regional (1861-actualidad), Santa Fe, Argentina. Un ejercicio interdisciplinario. Revista de la Escuela de Antropología, XXXVI, pp. 1-21. DOI 10.35305/rea.XXXVI.312
Resumen
A través de este artículo buscamos dar cuenta de los avances de una investigación incipiente que tiene como objetivo último estudiar el proceso de construcción del discurso que lleva al establecimiento en la memoria histórica como una matanza al enfrentamiento bélico sucedido el 22 de noviembre de 1861 entre el ejército de Buenos Aires y el de la Confederación Argentina que tuvo como escenario a la cañada de Gómez. Para ello planteamos una metodología interdisciplinaria en la cual interactúan la Historia, la Arqueología y la Antropología. Al familiarizarnos con el tema de investigación este estudio interdisciplinario se convirtió en una necesidad para contar con un mayor número de líneas de evidencia que se vinculen entre sí, y así responder a las preguntas e hipótesis que surgen alrededor de un conflicto. Entonces estas tres disciplinas se unen dado que los marcadores de batalla no sólo están presentes en las fuentes o no solo se excavan, también se asientan encima o debajo del paisaje visible y continúan funcionando de manera convincente como símbolos y memorias de trayectorias identitarias pasadas. En esta oportunidad les compartimos las características y dificultades del tema.
Palabras Clave
Cañada de Gómez, matanza, memoria, historiografía, localización.
Introducción
Tras la batalla de Pavón (17 de septiembre de 1861), el general Justo José de Urquiza se retira aparentemente convencido de que si la Confederación Argentina no podía ganar rápidamente no ganaría. Por lo que se llevó sus fuerzas a Entre Ríos para proteger al menos sus intereses provinciales y dejó a la Confederación debilitada y desorientada (Bethell, 1993). Mientras tanto, Bartolomé Mitre avanzó en varios frentes; uno de ellos estuvo a cargo de Venancio Flores y fue uno de los protagonistas de lo que hoy se recuerda como la matanza de la cañada de Gómez o la matanza de Cañada de Gómez que cómo veremos no es lo mismo, pero es igual para tantos (Bertola, [1923] 2013). El evento, si bien no está determinada su localización exacta, definitivamente ocurre en el corazón del actual departamento Iriondo de la Provincia de Santa Fe, Argentina. En el mismo, el ejército de Buenos Aires sorprende al amanecer del 22 de noviembre a una fracción de los confederados reagrupados bajo el mando de Benjamín Virasoro y Cayetano Laprida; quienes acampaban a la espera de la orden del General Urquiza para atacar al ejército mitrista asentado en Rosario (Pasquali, 1994). De modo sintético el resultado de dicho suceso fue: la dispersión en distintas direcciones de gran parte de los confederados, 150 muertos, 130 prisioneros y la captura de caballos, armas, sables, carretas, correspondencia, etc. (Sarmiento, [1861]1900).1
En el contexto de las batallas sucedidas tras la caída de Juan Manuel de Rosas en 1852, este hecho no fue menor. Por un lado, precisamente por su vínculo inmediato con la batalla de Pavón, que se ha considerado el hecho que dio paso al inicio al proceso de organización nacional en manos de Bartolomé Mitre, continuado por Sarmiento y Avellaneda; y por otro, por las disputas de memoria que aloja.
Tras esta breve descripción cabe preguntarse ¿por qué un episodio con una duración temporal breve (el enfrentamiento parece que no supera la hora) merece la atención de una investigación particular y pormenorizada?, esta pregunta tiene múltiples respuestas.2
A saber: desde un punto de vista histórico factual fue el corolario de la inconclusa batalla de Pavón y el inicio de la organización nacional. Desde el punto de vista de la disciplina histórica, o más precisamente historiográfica, su importancia radica en dilucidar el proceso de construcción de la idea de matanza, a la vez que buscamos entender si es un falso histórico intencionado o es la fijación de un hecho con una interpretación no unívoca. Desde la arqueología del conflicto es la localización del sitio arqueológico para estudiar de forma conjunta a las batallas previas, la cultura material, tácticas y estrategias empleadas. Por último, desde la antropología social la atención está puesta en la memoria colectiva de la región, es decir, como diferentes grupos sociales recuerdan, olvidan o se reapropian del conocimiento generado en torno al episodio bélico.
Para dar respuesta a las mismas es que planteamos una investigación interdisciplinaria a cargo de profesionales de la historia, de la antropología y de la arqueología. El problema de investigación lo abordamos desde una mirada situada, al reconocer los contextos específicos de producción del conocimiento tomados como materia de análisis y ponerlos en tensión para reflexionar sobre sus propias limitaciones. El mismo, se responde mediante el análisis crítico de la bibliografía, los documentos, los restos materiales in situ y en museos, los informes de campaña y los relatos que perviven entre los actores de las culturas y sociedades actuales (Bechis, 2009; Menéndez, 2010 y Muzzopappa y Villalta, 2022).
De este modo, consideramos que la conjunción de los distintos procesos metodológicos involucrados posibilitará identificar evidencias del proceso de construcción de ese evento. Es decir, el proceso de interpretación de la información presente en el corpus de antecedentes con un abordaje de larga duración y su verificación a través del estudio de las fuentes; se verá complementado con el trabajo de campo antropológico en el cual relevaremos las narrativas producidas por los actores locales. Por su parte, el trabajo de campo arqueológico colaborará a disipar los interrogantes generados a lo largo de la investigación.
Partimos de la hipótesis de trabajo de que la interpretación interdisciplinar de la denominación de matanza dará cuenta que la misma se desmarca de la coyuntura específica en la que se da el enfrentamiento bélico para posicionarse intencionadamente en la memoria histórica como parte de la identidad de una región que se enlaza con representaciones históricas de las luchas político-ideológicas de nivel nacional.
En tanto este artículo no es más que una primera aproximación al proceso investigativo que prevemos será no solo de más largo aliento, sino de construcción constante; tiene como objetivo presentar este nuevo problema de investigación que en su devenir fue arrojando más dudas que certezas.
Ahora bien, en términos formales el trabajo tiene la siguiente estructura; en el primer apartado se hará una presentación de la producción historiográfica identificada hasta la fecha con una incipiente identificación de aspectos no unívocos para luego ver cómo los mismos se prolongan en la memoria colectiva y por último tras realizar una descripción geográfica del lugar donde el evento se lleva adelante, plantear un hipotético registro arqueológico esperado. Para concluir con más interrogantes que respuestas, en las conclusiones comenzaremos a poner en diálogo a los universos analíticos y sus potencialidades.
La “matanza” de la cañada de Gómez en la historiografía nacional
La literatura historiográfica es prolífica y abarca un período de más de 120 años, más si incluimos la prensa y las memorias.3 Por lo que en esta oportunidad recorreremos solo una selección de obras de los autores que han abordado y/o mencionado al enfrentamiento armado sucedido en la cañada de Gómez.
Si partimos de la forma y características en el que tema fue abordado por historiadores (profesionales y aficionados4) es posible identificar varios grupos.5 Un grupo nombra al evento como un suceso más en el contexto en el que la decisión sobre dos modelos de país se resolvía en el campo de batalla. Un segundo posicionado en alguna corriente historiográfica particular que lo analiza con mayor detalle. Un tercero compuesto por autores contemporáneos o cercanos temporalmente a la fecha del suceso y que lo describen con una clara posición política contextual. Y, por último, autores tanto de oficio como amateur que desde una perspectiva localista narran el evento y posicionan la idea de matanza.
En el primero de los grupos, encontramos autores con producciones muy distantes en el tiempo, como, por ejemplo, Eudoro y Gabriel Carrasco (padre e hijo) en 1897, y Gianello en 1955, quienes hacen una breve referencia en el contexto de la batalla de Pavón y sus consecuencias. Por su parte, Goyret (1965), toma una posición neutral al expresar no poder lograr la “certeza histórica” por las incoherencias identificadas en las obras hasta la fecha publicadas. En tiempos actuales, Beatriz Bosch (2000) e Hilda Sábato (2012), investigadoras con orientación disímil, lo abordan como un hecho concreto asociado a una coyuntura histórica específica, y si bien el término matanza no es unánime, se resalta el sentido de la violencia extrema.
El segundo grupo, abarca los 40 últimos años del siglo XX con una producción historiográfica de diferentes posicionamientos, pero, en los que es posible identificar una estrategia político-intelectual con una perspectiva antiporteña que buscaba rescatar el rol de los caudillos federales (Cfr. Devoto & Pagano, 2014).6 En este sentido, no es de extrañar que sea en este período caracterizado por fuertes disputas historiográficas, es donde el enfrentamiento entre porteños y confederados sucedido en la cañada de Gómez haya sido abordado de modo particular y con cierta profundidad. Para algunos autores de este grupo, Urquiza sacrifica su gloria militar por la unidad nacional, así y todo, Mitre sigue con su plan militar para disipar cualquier intento de levantamiento confederado. Es en el marco de ese plan de consolidación del triunfo liberal, donde se produce el enfrentamiento bélico objeto de estudio de este proyecto. La adjetivación del evento es variada, pero con una clara perspectiva antimitrista: “bárbaramente ultimados”, “masacre”, “hecatombe”, “matanza”, “saña feroz”, “desagradable suceso silenciado intencionalmente” (Abad de Santillán, 1965; Busaniche, [1965] 2005; Ruiz Moreno, 1966; Rosa, 1968). Por su parte, Milcíades Peña (1975) también sostiene el criterio antimitrista y antiliberal, pero desde una perspectiva histórica de izquierda; plantea el enfrentamiento entre la oligarquía porteña y el interior provincial como un problema de clases, es decir, este antagonismo de clases se vuelve la clave para comprender la dinámica histórico - política (Cfr. Devoto & Pagano, 2014). A finales del siglo XX, Patricia Pasquali (1994), una académica cercana a la Academia Nacional de Historia, posiciona a la abstención de Urquiza en el proceso de las negociaciones de paz como el factor central que incidió en la desarticulación de las últimas resistencias confederadas. Pero a su vez, mantiene la idea que lo sucedido en la cañada de Gómez fue por lo menos ensañamiento.
En el tercer grupo seleccionado, casi todos más cercanos al evento, se encuentran Sarmiento ([1861] 1900), Victorica (1906) y Saldías ([1906] 1919). El abordaje de Sarmiento es contemporáneo al evento ya que junto al coronel Rivas pasan al día siguiente de la batalla a felicitar a Flores. A lo largo de las páginas realiza una descripción detallada de la acción militar y plantea a la batalla de la cañada de Gómez como el desenlace indispensable de Pavón y a su vez como advertencia para los confederados que todavía resistían. La obra de Victorica (1906) es considerada para la época como un panfleto político por su clara perspectiva contraria a la figura de Mitre (Crespo, 2020). Ambos intentan explicar lo que pasó más desde su condición de participantes/testigos/protagonistas de los hechos de la época. Por su parte, Saldías ([1906] 1919), más joven, pero particularmente más impactado tanto los preceptos de una matriz historiográfica de raíz historicista como por la crítica a la versión mitrista de los sucesos, realiza una descripción tomando de referencia una cantidad y variedad de fuentes de distinta procedencia que lo diferencian de los anteriores.
El último grupo de historiadores, realiza un estudio pormenorizado. Estos proceden en su mayoría de Cañada de Gómez y la región. Desde una perspectiva localista se destacan dos trabajos con más de 60 años de diferencia. A saber, Chaparro (1945) y Álvarez (2010), y a nivel regional a Landaburu (2019) y Goicoechea (2021). Todos mantienen la perspectiva antimitrista al sostener que el accionar porteño fue innecesario y cobarde por tomar de sorpresa y mientras dormía al ejército confederado, pero sí, al igual que Sarmiento, su visión aleccionadora. Otro punto en el que coinciden es que el degüello de la cañada de Gómez del 22 de noviembre de 1861 fue silenciado7 intencionalmente por la historiografía oficial.
Llegados a este punto es necesario señalar, como tarea a profundizar, el cómo diversas tradiciones historiográficas (más o menos profesionalizadas, más o menos orientadas ideológicamente) confluyen en el relato de la matanza (o algún sucedáneo) y qué se sostiene en la memoria histórica local más allá de las contradicciones internas que ello supone.
Posiblemente, un hilo conductor esté en cómo se entrelazó a lo largo del tiempo una tradición (más política que historiográfica) contemporánea a los hechos (el federalismo) con sucesivas representaciones de una memoria local “localista” que trataba por todos los medios de vincular el lugar de la enunciación del pueblo (Cañada de Gómez) con el relato de una historia “nacional”. Tal vez allí cumplan una función germinal las presencias (más que las opiniones) de intelectuales/políticos presentes en el evento que tendrán alta consideración en esa “historia nacional”, como son por ejemplo los hermanos Hernández (José y Rafael), y la no confirmada presencia de Leandro N. Alem (figura clave del radicalismo).
La preocupación historiográfica (claramente vinculada a los efectos sobre la memoria) no quita que no se haya recurrido (y se pretende continuar a futuro) a la búsqueda y consulta de fuentes, (en este caso articuladas a las preocupaciones arqueológicas); hasta el momento hemos relevado y estudiado diversos periódicos rosarinos de corte “comercial”8 contemporáneos al evento abordado (La Confederación, El Progreso, La Nueva Era).9 Del conjunto hemos tomado como fuente principal el informe del General Venancio Flores que fue replicado en el periódico La Patria editado por William Perkins en la ciudad de Rosario. El parte detallado que Flores le envía Emilio Mitre tiene fecha 24 de noviembre de 1861, es decir dos días después del enfrentamiento, aunque hay una publicación del mismo periódico anterior con un informe parcial escrito inmediatamente después al mismo con fecha 22 de noviembre 05:30 am. En este punto es necesario señalar el indudable sesgo “mitrista” en particular de esta fuente y la necesidad de encontrar, relevar y analizar otras más vinculadas al bando confederado.
Entonces, tomando como punto de partida los datos proporcionados por Flores y a través de una interpretación situada, que toma en cuenta el contexto cultural de enunciación de todo lo publicado posteriormente al mismo, comenzamos a dilucidar el proceso de construcción de la idea de matanza. Así podremos verificar errores intencionados en el número de víctimas, en las características técnicas del episodio, en el lugar donde se llevó a cabo, en el tratado posterior hacia prisioneros y víctimas, entre otros aspectos.
Cada una de estas variables será abordada con profundidad y en clave relacional para así dar cuenta de cómo este enfrentamiento trasciende y es interpretado de acuerdo al contexto de producción de las obras publicadas.
La “matanza” de la cañada de Gómez en la memoria colectiva
Con el avance de la investigación pudimos observar que no solo este enfrentamiento está presente en la producción historiográfica sino también en la memoria histórica de los pobladores de la región y muy en particular en los de la actual ciudad de Cañada de Gómez. Situación que es relevante ya que no existe una correlación entre la comunidad que conmemora y el evento objeto de este proyecto. Las localidades del espacio en que se produce el enfrentamiento son el resultado, posterior a los hechos, del proceso de colonización promovido, tras la reunificación nacional, por los sucesivos gobiernos provinciales y nacionales y ejecutado por la Compañía de Tierras del Ferrocarril Argentino creada en 1866. Sin embargo, es entendido como un episodio importante para la historia nacional que tuvo como escenario la región que hoy ocupan. El efecto es tan significativo localmente que, por ejemplo, en el museo local cañadense la línea histórica que define el guión museográfico inicia la historia de Cañada de Gómez, precisamente con la “matanza”.
Entonces, la memoria colectiva sostenida a través de los años se construye desde la producción historiográfica antes desarrollada. Es así como -memoria e historia- tiene aquí una relación casi simbiótica, es decir, la memoria colectiva replica y sostiene las inconsistencias del relato historiográfico tomando, sobre todo, como referencia a los escritos de los historiadores de oficio de la región. Y en dicho proceso, juega un papel clave la historia oral, la cual, al hacer énfasis en el pueblo, en la cultura y en la vida cotidiana (Echeverry, 2004) toma a la comunidad y a su oralidad como base para sus investigaciones y reivindicaciones.
Al tomar a Miñarro y Morandi (2019) partimos de la aseveración que la memoria colectiva funciona como un lazo social al asegurar la continuidad identitaria y el valor de un grupo al reconstruir y recordar se trae al presente fragmentos perdidos de la historia.
Tras la lectura de las publicaciones de autores locales y unas primeras conversaciones con historiadores locales, docentes de nivel primario y medio, autoridades municipales, hemos podido identificar que en la memoria colectiva regional está arraigada la perspectiva de que el enfrentamiento sucedió en la jurisdicción de Cañada de Gómez, y que fue un acto de malicia, y se reivindica oficialmente la idea de matanza (Legislatura de la Provincia de Santa Fe, 2022).
Para abordar esta situación de análisis trabajamos desde el marco metodológico de la memoria histórica10 entendida como la reconstrucción de los datos proporcionados por sucesivos presentes de la vida social y proyectada sobre el pasado reinventado, en los que confluyen las esquematizaciones propias de la disciplina histórica con acontecimientos no vividos directamente (Halbwach, [1968] 2004). Como proceso colectivo, permite la creación de prácticas sociales que otorgan nuevas significaciones, en este caso, del evento histórico rememorado.
La actual producción bibliográfica toma a la memoria histórica como un proyecto político, social y cultural producido en los sucesivos presentes que se sirve del pasado para promover una construcción identitaria con objetivos presentes y futuros siendo siempre selectiva y materializándose a través de un discurso específico (Ruiz Vargas, 2008 y Cano, 2008). Como, por ejemplo, desde actos conmemorativos en aniversarios a través de artículos periodísticos, placas, feriados, declaraciones, normativa en general, entre otras, con pretensión de generar “cultura del recuerdo”.
Los autores sostienen11 que es en este proceso de construcción donde la memoria histórica transita versiones tan disímiles, por hasta llegar a posturas que ven a las víctimas como dignas de sentimientos de lástima y desasosiego (Brito y Martínez, 2005, Coral y Cely, 2019 y Carboney y Álvarez, 2023).12
Por su parte, autores clásicos concuerdan en que la memoria histórica da lugar a una interacción entre la historia y la memoria colectiva al elaborar juntas un pasado. En dicha interacción, se somete la memoria a la dimensión crítica de la historia y coloca a la historia en el movimiento de retrospección de la memoria (Ricoeur, 1998 y Traverso, 2007).
Es ese vínculo el que hace necesario, que en la metodología planteada por autores contemporáneos se utilicen herramientas de análisis de la historia sin escapar de las versiones parciales y subjetivas que construyen los colectivos dados los fines específicos otorgados por sus actores (Erice Sebares, 2008, Ávila, 2013 y Escudero, 2016). Estas narrativas están constituidas por secuencias de acciones que incluyen y excluyen, con comienzo, medio y final, con protagonistas que actúan y otros que recuperan, rehacen, repiten a través de relatos (Anderson, 1991[1983]).
La etapa de trabajo que profundizará esta faceta de la construcción del problema de investigación implicará la identificación de informantes claves, la realización de entrevistas y el análisis crítico del material localizado como agentes efectores de memoria (actos, placas, feriados, declaraciones, normativa en general, entre otras) y a su comunidad receptora y reproductora en tanto portadora de sentido.
Un paso más allá de la memoria histórica: la localización del sitio arqueológico
Al tratarse de una investigación interdisciplinaria cada una de las etapas forman un todo, y a lo largo del proceso de trabajo pueden solaparse y no seguir una secuencia temporal estricta, pero en lo que respecta a la localización del sitio arqueológico la Historia y la memoria colectiva parecen conspirar abiertamente para desorientar a los arqueólogos.
La información dispar identificada no solo en la producción historiográfica sino también en las fuentes de primera mano, sumado a las diferentes narrativas sostenida por vecinos y autoridades administrativas, ha dificultado su localización. Por lo que, al tomar conciencia de la complejidad procedimos a ordenar y clasificar los datos duros de cada una de las fuentes. Al igual que en el análisis del material publicado, la fuente tomada de referencia es el informe detallado del General Flores que, es considerado como testimonio de primera mano, al ser testigo y trasmitir “eso pasó, eso tuvo lugar” (Miñarro y Morandi, 2019) en la madrugada del 22 de noviembre de 1861, y detallar los diferentes momentos del episodio. Sin embargo, este autor no especifica, por ejemplo, el lugar del paso utilizado por el ejército mitrista para cruzar el río Carcarañá, lo que nos ha generado una dificultad para lograr la georreferenciación del sitio. Problema que la producción escrita y publicada posteriormente se ocupó de intentar remediar, a la que se suman los relatos orales y escritos de vecinos de la región.
En este punto consideramos necesario diferenciar la cañada de Gómez13 de la localidad de Cañada de Gómez que como expresamos anteriormente no existía al momento del enfrentamiento armado. La cañada de Gómez antes de ser una colonia del Central Argentino, es un accidente geográfico provocado por el arroyo homónimo y ocupa una cuenca de 266 km2 de extensión superficial (Figura 1). La longitud del cauce principal es de 25 km, totalizando entre todos los cursos permanentes una longitud de más de 90 km (Riccardi et al., 2008). Este territorio hacia 1861 estaba subdividido en grandes estancias sin límites evidentes entre ellas, con escasa población diseminada a lo largo y a lo ancho de la inmensidad de la región y algunas postas que servían de puntos estratégicos para el comercio del momento (Figura 2).
Entonces, el enfrentamiento bélico sucede en algún punto de este espacio geográfico que proveía a los confederados de agua y de resguardo al tener la barrera natural del río Carcarañá, entre ellos y el ejército de Mitre radicado en la ciudad de Rosario.
Son las fuentes y todo el conocimiento producido a partir de ellas que brindan datos que nos permiten ir reduciendo el área de prospección, pero como ya hemos comentado esos datos no son coincidentes. Lo que sí sabemos es que:
Para organizar toda esta información estamos llevando adelante tareas de georreferenciación de los mismos y así acotar el área de prospección. Si bien el campamento estuvo más de 20 días radicado en el lugar podemos aseverar que el registro arqueológico esperado va a ser de características limitadas ya que el ejército mitrista tras el enfrentamiento realiza un saqueo en el mismo (Sarmiento, [1861] 1900). Además, las víctimas del mismo fueron enterrados en el área, pero su ubicación específica tampoco es clara.
Las técnicas de prospección aplicadas corresponden a las llevadas adelante en el estudio arqueológico de las batallas que lo anteceden: Cepeda (1859) y Pavón (1861). Desde finales de la década de 1980 se establecieron los lineamientos principales de una metodología de campo que se ha convertido en estándar para la investigación de este tipo de sitios y que ha sido replicada en múltiples campos de batalla del mundo por investigadores hasta el día de hoy (Leoni et al. 2020). Consiste en el empleo sistemático de detectores de metales, buscando muestrear extensas áreas de terreno mediante conjunto de transectas de longitud y ancho variable o mediante polígonos de diferentes formas y tamaños; los eventuales materiales hallados se georreferencian y, en base a ello, se construye una base de datos espacial que permite luego inferir acciones bélicas o lugares de campamento. Si las condiciones del registro arqueológico y la estratigrafía lo permiten, se complementa esto mediante sondeos y/o excavaciones estratigráficas (Leoni, 2021; Leoni, et. al., 2019; Leoni y Tamburini, 2020 y Leoni, et. al., 2023). Estas investigaciones son llevadas adelante desde la arqueología del conflicto, la cual tiende a concentrarse no sólo en el estudio de los campos de batalla sino también en los sitios que tuvieron función militar (campamentos, fuertes), buscando, entre otros aspectos, reconstruir tecnología, tácticas y estrategias empleadas, el uso del terreno y la modificación del paisaje para propósitos estratégicos (Leoni, 2015).
Reflexiones de cierre
Entonces, como vimos hasta ahora el enfrentamiento bélico ocurrido el 22 de noviembre de 1861 en la cañada de Gómez entre las fuerzas de Buenos Aires y la Confederación Argentina, ha sido objeto de diversos estudios históricos, que han buscado comprender no sólo los hechos. Con esta investigación, buscamos dar un paso más preguntándonos por la construcción de la memoria en torno a este evento y por la ubicación en territorio del lugar que lo tuvo como escenario. Ahora bien, debemos plantear que más allá de la selección precedente (que como toda selección deja fuera seguramente a otros textos también significativos), la relación planteada entre memoria, historia y arqueología permite dar cuenta que en la construcción de la memoria histórica en torno a la “matanza” de la cañada de Gómez se coloca en un ejercicio dialéctico la producción académica y las construcciones sociales que existen del evento estudiado. Al ser este un hecho histórico no es solo abordado desde disciplinas científicas, sino que también está presente en la memoria colectiva de la población de la actual ciudad de Cañada de Gómez y la región. Por ello, el estudio del proceso de construcción de su memoria histórica, no sólo enriquecerá la investigación, sino que permitirá obtener un abordaje integral del mismo.
Uno de los aspectos más llamativos de este conflicto es la forma en que ha sido recordado a lo largo del tiempo. El término “matanza” se ha utilizado con frecuencia para describir este enfrentamiento, lo cual implica una carga valorativa importante, al sugerir una violencia desproporcionada y una falta de justificación. Por lo que, al momento de estudiar esa problemática en particular, es necesario tener en cuenta que esa connotación responde a factores políticos e ideológicos presentes y pasados.
El progresivo estudio y análisis de fuentes tanto primarias como secundarias, el análisis del discurso y las prospecciones arqueológicas convergen para dar cuenta de lo multifacética que es la memoria histórica en torno al enfrentamiento bélico.
El estudio interdisciplinario es necesario para contar con un mayor número de líneas de evidencia que se vinculen entre sí, para responder a las preguntas e hipótesis que surgen alrededor de un conflicto (Del Cairo et al. 2020). Entonces, la historia, la arqueología y la antropología se unen dado que los marcadores de batalla no sólo están presentes en las fuentes o no solo se excavan, también se asientan encima o debajo del paisaje visible y continúan funcionando de manera convincente como símbolos y memorias de trayectorias identitarias pasadas.
En resumen, la matanza de la cañada de Gómez es un caso de estudio paradigmático para comprender cómo se construye y se transforma la memoria histórica. El análisis de este conflicto nos permite reflexionar sobre la relación entre el pasado y el presente, y sobre el papel de las ciencias sociales y humanistas en la construcción de identidades colectivas.
Referencias Bibliográficas
1 Los números de la batalla (en particular de muertos) será recurrentemente uno de los temas controversiales de las memorias.
2 Debemos recordar que este artículo es el resultado inicial de un proyecto de más largo aliento “Construcción de la memoria histórica en torno a la “matanza” de la cañada de Gómez (1861- actualidad)” radicado en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (PID-SECYT 2024-2027) y de allí el carácter provisional no solo de las preguntas sino de sus potenciales respuestas. Integran el mismo además de los autores: Franco Abatangelo, Guillermo Detlefsen, Faustino Godoy, Santino Malano, Juan Ignacio Mandile, Florencia Belén Mangold, Valentina Gisella Savino, Diana Sandra Tamburini, Mónica Patricia Valentini.
3 La posibilidad de una estrategia de análisis historiográfico de este tipo de producciones ha generado interesantes debates y posicionamientos dentro del campo de la historia de la historiografía volcándose en los últimos tiempos a que todo escrito (y no solo escritos) que contenga un relato histórico (aun apócrifo) puede ser analizado historiográficamente (Cattaruzza, 1996), poniendo en tensión la clásica diferenciación entre fuentes y bibliografía.
4 La caracterización es necesariamente lábil en tanto precisamente en ese lapso se define la condición de profesionalidad del campo.
5 Los criterios de selección no son excluyentes y podría reagruparse de otra manera cruzando algunos de ellos, por ejemplo, entre profesionalizados o no, entre locales y/o localistas, clasificados por orientaciones historiográficas afines o enfrentadas, entre más o menos contemporáneos al evento, etc.
6 La perspectiva es normalmente asociada al revisionismo histórico, aunque hay que decir que ni este es totalmente homogéneo al respecto, ni es la única orientación historiográfica de los autores.
7 Es interesante indicar que precisamente la persistente denuncia del silenciamiento (para nada paradójicamente) ha contribuido en términos de memoria a sostener la mayor centralidad del hecho, incluso aún más allá de la atribución de esta denuncia a alguna corriente historiográfica o tipo de historiografía (profesional, amateur, localista, entre otras.
8 La condición de comercial en este contexto es tal vez algo exagerada dado el profundo imbricamiento con las facciones políticas que la prensa de la época tiene. Cf. Bonaudo, 2005.
9 Claramente queda pendiente indagar en la prensa comercial porteña.
10 El concepto memoria histórica viene a designar el esfuerzo consciente de los grupos humanos por encontrar su pasado y está íntimamente ligados a los estudios con una mirada transnacional de los crímenes de lesa humanidad producidos a lo largo del siglo XX (Prüfer-Leske, 2019). En esta oportunidad le otorgamos mayor profundidad temporal para dar cuenta de un proceso que es entendido tanto a nivel historiográfico como en la memoria colectiva como un episodio traumático y desmoralizador de la historia nacional.
11 Como se observa en la literatura historiográfica citada anteriormente.
12 Así, por ejemplo, la bibliografía especializada de corte local y las disposiciones oficiales buscan promover verdades oficiales y discursos de victimización que niegan la capacidad transformadora y reivindicativa de las víctimas del enfrentamiento de la cañada de Gómez como ciudadanos en lucha que defendían un proyecto de Estado.
13 Su nombre proviene del apellido del dueño primario de las tierras: Manuel Gómez. Quien funda en 1750 una de las primeras estancias del sur de Santa Fe en el sector de tierras comprendidas entre el río Carcarañá, el arroyo de las Tortugas y la cañada de los Leones (Orbea Álvarez de Fontanini, s/f).
Figura 1. Ubicación geográfica de la cañada de Gómez. Representación gráfica extraída de Riccardi et al. 2008:7
Figura 2. Recorte del plano confeccionado por el agrimensor Julián de Bustinza para el Ferrocarril del Central Argentino (1865) en el cual se indican referencias que nos permiten reducir el área de prospección. Museo de la Ciudad de Rosario Wladimir Mikielievich
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