Editorial

En primer término, en esta editorial no quisiera dejar de destacar que la publicación de los dos números de la Revista de la Escuela de Antropología durante el año 2024, se dio en un contexto marcado por un desfinanciamiento sin precedentes de las universidades nacionales. Este dato no es menor porque, en ese contexto, sostener la publicación regular de la revista implicó un claro posicionamiento político académico vinculado a la producción de conocimiento y la posibilidad de debatir y pensar colectivamente problemas fundamentales que atraviesan a nuestra sociedad. Un posicionamiento político y académico que enraizó con el movimiento de docentes y estudiantes movilizadxs en la lucha por la defensa de la universidad pública, sobre la base de renovadas formas de participación.

Este ha sido un año de lucha pero fue un año también en el que, a pesar de las adversidades, podemos reconocer muchos logros en el campo académico, expresados en distinto tipo de actividades (a nivel de proyectos, áreas y departamentos de la Escuela) y, principalmente, en la organización de un evento que ha dejado su huella como lo fue el VII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Antropología, que reunió durante cinco jornadas a antropólogos y antropólogas de toda Latinoamérica y el Caribe en nuestra Facultad, con un marcado compromiso y participación de docentes y estudiantes.

En ese sentido, la edición de este número también refleja esa inclinación renovada a participar activamente de los debates disciplinares contemporáneos, confluyendo en potenciar los vínculos y articulaciones académicas de nuestra Escuela.

Por otra parte, no quiero dejar de mencionar que este año se han jubilado tres queridas y reconocidas profesoras de áreas diferentes de nuestra carrera: María del Rosario Fernández, Mónica Valentini y Patricia Andreu. Su jubilación significa una gran pérdida para nuestra formación en tanto las tres tienen un fuerte vínculo con la Escuela en base a una historia de compromiso, participación y debate en cada una de sus áreas disciplinares.

Al mismo tiempo, este año contamos nuevamente con un conjunto de catorce graduados y graduadas de licenciatura y profesorado, quienes sintetizan esfuerzo y dedicación personal pero también colectiva, de compañerxs y docentes, lo que expresa, de algún modo, el sentido de la educación pública.

Por último, no quisiera dejar de recordar que este año fallecieron dos estudiantes de la carrera: Ignacio Fernández Muzzio e Ivana Macat. Dos personas muy queridas, a quienes nos toca despedir muy tempranamente y que han dejado un profundo dolor entre estudiantes y docentes.

Nicolás Barrera

Director de la Escuela de Antropología

Facultad de Humanidades y Artes

Universidad Nacional de Rosario