In memoriam. Graciela Rodríguez

Resumo

La Revista de la Escuela de Antropología (UNR) despide en este volumen a la compañera Graciela Rodríguez. Su fallecimiento, el 27 de enero de 2018, nos encontró desprevenidos. Fueron horas angustiosas el tener que confirmar una noticia que no queríamos terminar de asumir.

Graciela se incorporó al cuerpo docente de la Escuela apenas la democracia regresó de la mano de las grandes luchas sociopolíticas contra la Dictadura. Fue una de las primeras profesoras que accedieron a su cargo a través de un Concurso nacional. Siempre fue respetada tanto por su altura intelectual como por su integridad personal. Fue investigadora del CIUNR, afirmó su formación en el exterior y, en el ámbito de la Escuela, dirigió tesis de grado y posgrado. También participó de la vida institucional de la universidad en distintas instancias.

Perteneció a un grupo de estudiantes que ingresó a la carrera de Historia durante la Dictadura Cívico-militar-empresarial y que, luego, eligió la Orientación en Antropología ¡Cómo no recordar el ahínco por formarnos seriamente, a contrapelo de las perspectivas positivistas y reaccionarias que se impartían en la Facultad! Conformamos un grupo de estudiantes apasionadas por procurar el máximo de conocimientos, bajo la certeza de la existencia de una especie de correspondencia entre conocimiento y emancipación.

Fue ahí cuando nos acercamos a la Asociación de Antropología, espacio de “refugio” de los docentes cesanteados. En esos lugares, nos arracimamos Griselda Tarragó, Teresita Diederich, Teresita Jofré, y quien escribe, iniciándonos luego como docentes, con la reapertura de la Carrera. No siempre estuvimos juntas, la vida nos mostró diferentes perspectivas, pero también nos encontró en los momentos en que debimos compartir situaciones intensas. Por eso. Porque uno de los combates más importantes es el que debemos dar contra el olvido. Porque rehusamos negar lo constitutivo de nuestras vidas y porque atravesamos momentos tan duros para la salvaguarda de la universidad pública y gratuita, queremos recordar a Graciela como una defensora de esos principios, despidiéndola con cariño.